Magnolia denudata Iolanthe - Yulan

El magnolio Iolanthe prefiere las ubicaciones resguardadas, las exposiciones soleadas a semisombra, un suelo fresco, bien drenado, rico, neutro o ácido. No le gustan los suelos demasiado secos, ni el calcáreo, ni las ubicaciones ventosas, ni la competencia de las raíces, ya que su sistema radicular es superficial. De buena rusticidad (hasta -15°C), es preferible proteger del hielo a los sujetos jóvenes durante los primeros años después de la plantación. Es importante tener en cuenta que las heladas tardías y el viento frío pueden dañar los botones florales y las hojas jóvenes, perjudicando así la floración.

La plantación del Magnolio puede realizarse en primavera u otoño, fuera del período de heladas, procurando colocarlo resguardado de los vientos fríos. Prever un hoyo de 80 cm de lado por igual profundidad con una buena aportación de tierra de brezo y compost. Cuidar de instalarlo delicadamente en el hoyo, para no romper las raíces que son carnosas pero bastante frágiles. Un riego inmediato con agua no calcárea (agua de lluvia) permite compactar la tierra alrededor de las raíces. Durante el primer año de plantación, el Magnolio requiere un riego por semana. Apreciará una enmienda una vez al año en primavera. Se recomienda cubrir su base con mantillo para mantener la frescura durante la temporada cálida, enriquecer la tierra y protegerlo del frío en invierno. Dado que sus raíces son frágiles, se evitará trasplantarlo. Los únicos enemigos del Magnolio son los parásitos como las cochinillas, los caracoles y las babosas que atacan a los plantones jóvenes, y enfermedades criptogámicas como la pudrición (en suelos demasiado encharcados), la enfermedad del coral y el Pestalozzia. Cabe destacar que los magnolios son árboles ornamentales que toleran bien la contaminación atmosférica.