Magnolia soulangeana Andre Leroy

El Magnolia (x) soulangeana André Leroy es una antigua variedad siempre muy apreciada por la belleza de su floración, su capacidad para florecer desde temprana edad y su porte redondeado muy armonioso. Sus grandes flores en forma de tulipán de color rosa púrpura en el exterior florecen en abundancia desde principios de primavera, realzando la amplia ramificación de este pequeño árbol, antes de la aparición de las hojas. Resistente y poco exigente, este magnolio prosperará en cualquier tipo de suelo no demasiado calcáreo, fresco y bien drenado, protegido de los vientos fríos.

El Magnolia x soulangeana 'André Leroy' pertenece a la antigua familia de las Magnoliáceas, extendida sobre todo en Asia oriental. Fue introducido en 1892 en Angers por el viverista André Leroy. Los primeros Magnolia x soulangeana son fruto de un cruce realizado en Francia por Étienne Soulange en la primera mitad del siglo XIX, entre el Magnolia denudata, un árbol de flores blancas puras, y el Magnolia liliiflora, un arbusto de flores moradas. Los híbridos resultantes poseen características intermedias, con un crecimiento lento, un tamaño más modesto y flores más o menos marcadas de rosa oscuro.

El Magnolia de Soulange 'André Leroy' es entonces un descendiente de estos primeros híbridos. Se trata de una variedad de estatura bastante modesta (alrededor de 4 m en todas direcciones después de más de 10 años), con un porte ramificado y frondoso, con ramas extendidas. La floración es generosa, se produce en abril-mayo sobre las ramas aún desnudas, incluso en los ejemplares jóvenes. Las flores en grandes copas de 7,5 a 15 cm de diámetro, evocando tulipanes, nacen de botones rosa púrpura, luego se abren mostrando un interior blanco. El corazón protege el bonito ramillete de estambres dorados. Las hojas caducas, ovales y de color verde claro, aparecen luego. Amarillean en otoño antes de caer.

Rústico y duradero, el magnolio de Soulange 'André Leroy' se muestra poco exigente siempre que disponga de un suelo profundo y bien drenado, un poco ácido a neutro, que se mantenga fresco incluso en verano. La única verdadera dificultad radica en encontrar una ubicación bien resguardada de los vientos fríos y las heladas tardías, que pueden dañar, o incluso destruir, las flores y el frágil follaje joven. Este pequeño árbol merece un lugar aislado, en medio de un césped o de un macizo, pero también puede asociarse con otros arbustos o árboles pequeños en un bosquecillo. Piense, por ejemplo, en el Acer palmatum Atropurpureum, en el noisetier tortueux 'Red Majestic' y en el Amélanchier de Lamarck para acompañarlo.