Metrosideros excelsa

El Metrosideros excelsa es un árbol de gran altura que crece en las costas volcánicas de Nueva Zelanda donde se le conoce como pohutukawa, que se puede traducir como "salpicado por el mar". Es apreciado por su floración brillante, en grandes pompones de estambres escarlata destacados por un follaje coriáceo y de un hermoso verde grisáceo. Casi imposible de cultivar en suelo directo en nuestras latitudes debido a su carácter helado, el Metrosideros constituye un magnífico sujeto para colocar en una maceta grande en una terraza o incluso en el interior en climas fríos. Allí mantendrá dimensiones modestas, no más de 2 m de altura por 1 m de envergadura en nuestras latitudes.

El Metrosideros excelsa (sinónimo Metrosideros tomentosus) pertenece a la familia de las Mirtáceas, como los mirto, los Eucalyptus y los Callistemon. El nombre del género, Metrosideros, proviene del griego "metra" (aquí el corazón de un árbol) y "sideros", el hierro, haciendo alusión a la dureza de la madera de estos arbustos. Su nombre vernáculo de Árbol de Navidad de Nueva Zelanda tiene su origen en su período de floración, que ocurre en la época de Navidad en su país de origen. Allí, este gran y hermoso árbol cuyo porte evoca una sombrilla a veces alcanza los 20 metros de altura. Es una planta de suelo más bien ácido a neutro, que teme la presencia de caliza.

En nuestros climas, cultivado en macetas, el porte del Metrosideros excelsa es arbustivo, más bien extendido, arborescente. Su vegetación es naturalmente densa, y su crecimiento es lento. Su corteza, más bien corchosa, es de color gris-marrón. Con el tiempo, pueden aparecer raíces aéreas en la base del tronco muy robusto, así como a lo largo de toda su longitud y en las ramas nudosas. Esta característica demuestra una adaptación a un modo de vida epifita, este Metrosideros desarrollándose a veces en la naturaleza un poco como un hiedra que se agarra a otros árboles para alcanzar la luz. Las ramas llevan todo el año hojas enteras, ovales, coriáceas, ligeramente onduladas, de color verde grisáceo, casi blancas y con pelusa en el reverso. Miden de 8 a 10 cm de largo por 2 a 3 cm de ancho. La floración ocurre de mayo a julio, siendo más o menos temprana según el clima. En el extremo de las ramas aparecen racimos de flores muy bellas compuestas por una multitud de estambres rojos de 3 cm de largo, muy llamativos, formando en conjunto grandes pompones escarlata. Son muy nectaríferas y atraen a algunas aves y muchos insectos polinizadores. Las semillas, cuando se forman, tardan un año en madurar. El enraizamiento de esta planta es muy desarrollado, incluso puede suceder que algunas raíces aéreas se adentren en el suelo, formando con el tiempo un pequeño árbol de troncos múltiples.

Este metrosidero es un arbusto magnífico, para cultivar como una planta de invernadero donde vivirá muchos años. En un invernadero o una veranda, formará con un naranjo, un Tibouchina o un mimosa un cuarteto extremadamente decorativo, evocando paisajes con encantos y aromas exóticos.  Para completar una decoración exótica, también piense en las palmeras, en el Banksia integrifolia, y en los callistemos. En los lugares más protegidos del litoral mediterráneo, puede aclimatarse en suelo directo: no teme ni los vientos fuertes, ni la sal y resiste bien la falta de agua.