Olearia lepidophylla

El Olearia lepidophylla es un pequeño arbusto persistente australiano aún poco conocido que debería seducir a los amantes de las plantas gráficas e inusuales. Compuesto por ramas blancas y algodonosas con pequeñas hojas muy discretas, ofrece una vegetación de aspecto plateado. Se anima con pequeñas flores que pueden evocar copos de nieve en verano, acentuando su encanto. La flora australiana reserva hermosas sorpresas para nuestros jardines de clima suave y a orillas del mar. Y este Olearia, muy cómodo en dunas y suelos filtrantes, sin duda forma parte de ellas. También se cultiva en macetas, aportando un toque muy gráfico a la terraza o balcón durante la temporada estival.

El Olearia lepidophylla pertenece a la familia de las Asteráceas. Es originario de Australia occidental y meridional, donde se encuentra en dunas y colinas bajas costeras, creciendo en arcilla arenosa sobre suelo calizo. Es un arbusto bajo, a menudo más ancho que alto, que alcanzará aproximadamente 60 cm de altura por 1 m de envergadura, a veces más según las condiciones de cultivo. Su vegetación tupida está compuesta por ramas delgadas, ramificadas, cubiertas de un tomento blanco y glandular. Sus diminutas hojas sin pecíolo, que miden menos de 5 mm de largo, están dispuestas en racimos en los tallos y persisten en invierno. La floración tiene lugar de junio a agosto dependiendo del clima. Se presenta en forma de pequeños capitulos de color blanco con centro amarillo que se tornan rosa lila de 7 mm de diámetro.

Rústico hasta aproximadamente -8°C (a veces más según las fuentes), el Olearia lepidophylla encontrará naturalmente su lugar en un jardín costero, donde formará una pequeña pantalla protectora, en primera línea, para las plantas más frágiles del jardín. En un seto bajo, se usará junto con otros arbustos persistentes como el Atriplex halimus, Leptospermum compactos, Polygala myrtifolia, o mirtos, por ejemplo. Su silueta se combina bien con la del Melaleuca gibbosa y el Eriostemon myoporides.