Pieris japonica Carnaval - Andrómeda

El Piéris japonica 'Carnaval' es una variedad de Andrómeda del Japón reciente que seducirá por su follaje tricolor al comienzo de la temporada. Este arbusto persistente es interesante a lo largo de todo el año, principalmente por su joven follaje brillante, de un hermoso bronce rosado a rojo al brotar, que aparece justo antes de su hermosa floración en panículas de pequeñas flores blancas cremosas. Durante el resto del año, muestra un elegante follaje brillante, finamente marginado de blanco cremoso sobre fondo verde, y un bonito porte tupido bastante erecto.  Espléndido en una maceta grande en la terraza o en un macizo de arbustos, siempre a media sombra y en un suelo no calcáreo.

Los Piéris pertenecen a la familia de las ericáceas, al igual que los brezos y los rododendros. Son arbustos de tierra de brezo, o al menos no calcárea, con follaje persistente cuyos nuevos brotes adquieren tonos rosados o cobrizos, acompañando una bonita floración en racimos colgantes de pequeñas campanillas. Muy fáciles de cuidar, aprecian un suelo ligero, fresco y ácido, una exposición a media sombra o soleada siempre que no sea un sol abrasador. Las variedades derivadas del Piéris japonica son bastante rústicas una vez establecidas.

La variedad de Andrómeda del Japón 'Carnaval' es una mutación del cultivar 'Mountain Fire', seleccionada en 1996 en los Países Bajos. Su porte es tupido ligeramente erecto, alcanzando aproximadamente 1 m 50 de altura por 1 m 25 de envergadura a madurez. Su crecimiento es lento. Sus pequeñas hojas lustrosas y lanceoladas de un verde vivo y luego más azulado muestran un fino borde blanco cremoso y están ampliamente teñidas de rosa en invierno, luego de bronce rosado cobrizo en primavera. La floración blanco cremosa y ligeramente perfumada, compuesta de racimos colgantes de 12 cm adornados con pequeñas urnas, es precedida por botones rosados muy decorativos en invierno. Se produce de abril a mayo.

De crecimiento lento, agradablemente colorido y tupido, 'Carnaval' no requiere poda, muy poco mantenimiento y se adaptará perfectamente a los pequeños jardines, en macetas y jardineras, en rocallas o en bordes de macizos. Es un magnífico arbusto persistente imprescindible en suelo ácido y fresco, que se combinará de forma natural con los rododendros, camelias, brezos arbustivos, rodeado de un macizo de helechos, de pieris y de Pernettya.