Quercus aliena

Quercus aliena, el roble de Blume, es un árbol caducifolio majestuoso con una copa amplia y redondeada, muy raro en cultivo. Se reconoce por sus grandes hojas nervadas, verdes y brillantes en el haz, de un gris claro en el envés, su hermosa corteza gris agrietada, así como por sus bellotas peludas en la parte superior, llevadas por un corto pedúnculo. El Quercus aliena es un tema excepcional para los aficionados a los árboles raros que disponen de un gran terreno.

El roble de Blume pertenece a la familia de las fagáceas, al igual que todos los robles. Es originario de la mitad oriental de China, Corea y Japón. Esta especie crece en regiones oceánicas con un régimen de monzones, alternando una temporada seca y una temporada de lluvias. Fue introducido en Europa en 1908 (en Kew, Inglaterra). El Quercus aliena forma un tronco macizo coronado por una copa ancha y redondeada. Este tronco es gris, presenta una corteza profundamente agrietada y fisurada. El crecimiento de este árbol es moderadamente rápido, pudiendo alcanzar finalmente 12 a 18 m de altura por 6 a 10 m de envergadura. Su follaje es caduco. Sus hojas son ovales, con un ápice afilado o redondeado y una base siempre afilada. Son dentadas de forma muy gruesa, onduladas, con 10 a 15 dientes, a menudo obtusos en cada borde. Las nervaduras son bien visibles y paralelas, parten de la nervadura central y se extienden hasta la punta de cada diente. Estas hojas miden entre 10 y 20 cm de largo y entre 5 y 11 cm de ancho. Su limbo es glabro y de un verde oscuro brillante en el haz, mientras que en el envés es muy pálido, cubierto de un fino vellón. Cada una está sostenida por un pecíolo que mide entre 1,2 y 3,2 cm de largo. En otoño, se vuelven amarillas, incluso anaranjadas, antes de caer.

El Quercus aliena es monoico, es decir, un mismo ejemplar produce flores masculinas y femeninas en lugares distintos. Florece en abril-mayo. Los amentos de flores masculinas son colgantes, mientras que las flores femeninas están dispuestas en espiga. Los frutos, llamados bellotas, suelen ser solitarios, pero a veces pueden agruparse en pares o tríos. Miden entre 1,2 y 2,5 cm de largo, son peludos en la parte superior, con una cupulita que encierra un tercio a la mitad de la bellota. Las escamas están acostadas y peludas. El sistema radicular de este roble es profundo y potente, de tipo pivotante, lo que garantiza un agarre sólido y duradero en los suelos profundos que aprecia.

El roble de Blume es un árbol para conocedores que se reserva para parques y grandes jardines. Es una especie bastante tolerante, siempre y cuando se plante en un suelo suficientemente profundo y no muy seco. Resistente al frío, sin embargo, teme las heladas tardías de primavera. Se plantará preferiblemente en clima oceánico. Los amantes de los árboles lo plantarán junto a un arce de azúcar (Acer saccharum), un haya roja (Fagus sylvatica 'Atropurpurea') o un fresno llorón (Fraxinus excelsior 'Pendula').