Quercus coccinea Splendens - Roble escarlata

El Quercus coccinea Splendens es una variedad de roble escarlata con un follaje otoñal espléndido, de un rojo aún más intenso que el tipo. Majestuoso como todos sus primos, ofrece un follaje caduco, profundamente lobulado y recortado, de un verde oscuro y brillante en verano, rojo en otoño, luego marrón, permaneciendo mucho tiempo adherido a las ramas en invierno. Su porte imponente y su presencia lo destinan a los grandes jardines. Muy tolerante con respecto al suelo, este roble solo teme la presencia de caliza en exceso. Se adaptará tanto a suelos arenosos y secos como a tierras pesadas y ocasionalmente encharcadas.

Originario del noreste de los Estados Unidos (desde Maine hasta Luisiana) y Canadá, este gran árbol de la familia de las fagáceas puede alcanzar una altura de 20 a 25 m con una envergadura de 15 m. En su entorno natural, se encuentra creciendo tanto en suelos pobres, en tierras altas bien drenadas, pendientes secas y crestas, como en suelos mal drenados y pantanosos. El cultivar Splendens, introducido en Inglaterra en el vivero de Knap Hill alrededor de 1900, se distingue por un follaje otoñal aún más colorido. El Quercus coccinea Splendens presenta un porte piramidal durante sus primeros años, luego se ensancha para volverse cónico: las ramas bajas son ligeramente colgantes mientras que las que se desarrollan a partir de la mitad de la altura son horizontales. Las hojas caducas, profundamente recortadas en 5 a 9 lóbulos, recuerdan un poco a las de los arces. Miden de 7 a 16 cm de longitud. Brillantes y verdes en el corazón del verano, adquieren magníficas tonalidades otoñales, en diferentes tonos de rojo que van desde el carmesí hasta el escarlata, para luego volverse marrones y persistir en las ramas hasta el invierno. Este roble florece en mayo-junio, en forma de corimbos blancos y aterciopelados, luego produce en dos años unas bellotas muy decorativas de 1 cm, brillantes y rojo claro, prácticamente redondas. Su tronco, muy recto, está cubierto de una corteza ligeramente estriada, de color gris-marrón a casi negra, y sus ramas dan origen a numerosas ramitas delgadas de color marrón-amarillento. Esta especie produce una raíz primaria, pero su enraizamiento no es muy profundo.

El roble de los pantanos crece en suelos más bien neutros a ácidos en una ubicación despejada, donde será visible desde lejos. Se cultivará como árbol ornamental en parques y grandes jardines, donde expresará todo su potencial como árbol de sombra o especimen. Muestra un desarrollo más armonioso cuando se cultiva en condiciones resguardadas, sin una competencia excesiva. ¿Por qué no asociarlo con el Metasequoia glyptostroboides Gold Rush, al arce campestre y al alerce, que son espléndidos en otoño. También se podrán plantar a sus pies dos especies de helechos como Onoclea sensibilis, en suelo neutro a ácido y húmedo, a pleno sol a media sombra y Dryopteris palustris (Telypteris palustris), ideal en escenas ribereñas o pantanosas, en sombra clara o a pleno sol.