Rhamnus frangula - Arraclán

El Rhamnus frangula, también conocido como Arraclán, Arraclán de aliso o Espino negro, es un arbusto medicinal común en nuestros bosques, claros y bordes forestales, en ambientes húmedos, tanto en llanuras como en montañas. Este gran arbusto se viste con un follaje caduco que no carece de elegancia, bellamente ondulado, de un verde oscuro brillante, bellamente teñido de rojo en otoño. En su discreta floración primaveral, suceden en los pies femeninos pequeños frutos rojos que se vuelven negros en otoño, buscados por las aves. Cómodo en cualquier suelo que retenga la frescura, el arraclán permite crear setos campestres sin mantenimiento, pero también muy útiles para la pequeña fauna de nuestros jardines, asociados con otras especies locales. 

El Rhamnus frangula (sinónimo Frangula alnus) pertenece a la familia de las Rhamnáceas. Esta especie está extendida por toda Europa, pero ausente en las regiones más septentrionales y meridionales. Existen al menos dos ecotipos de Arraclán, el primero que habita en ambientes húmedos sobre suelos ácidos, y el segundo que prefiere lugares más secos y suelos calcáreos. En el comercio hortícola, generalmente se encuentra el arraclán que prefiere suelos frescos. Es una planta dioica, es decir, que existen pies machos, que llevan flores con estambres pero sin pistilo, y pies hembras con flores sin estambres pero con pistilo. 

Se trata de un arbusto frondoso, de porte más bien laxo, ligeramente abierto, sostenido por ramas flexibles y extendidas. De crecimiento lento, el arraclán alcanzará 3 a 5m de altura con una envergadura similar (a veces hasta 6m). Su corteza es de color gris-marrón oscuro en el exterior, pero marrón-anaranjado en su cara interna (visible al levantarse o desprenderse), está marcada por lenticelas que forman pequeñas manchas más claras. Los brotes están cubiertos de una pilosidad marrón. El follaje, caduco, aparece en primavera y cae en otoño. Está compuesto por hojas enteras, elípticas a ovales, con margen liso y venas prominentes, midiendo de 4 a 7 cm de longitud. Su color es un verde oscuro brillante en el haz, más claro y opaco en el envés. Se tornan rojas en otoño antes de caer. La floración se extiende de mayo a julio. Toma la forma de pequeños racimos de diminutas flores de un verde amarillento a blanquecino, sin pétalos, muy melíferas. En los pies femeninos, en presencia de pies machos, se forman frutos redondos de 1 cm llamados drupas, primero verdes, luego rojos, y finalmente negros, madurando en octubre. La corteza y los frutos del arraclán, una vez secos, se utilizan tradicionalmente en la farmacopea europea por sus propiedades laxantes. Los frutos frescos, muy apreciados por ciertos animales como los ciervos, contienen un principio con propiedades psicotrópicas.

Plante y cultive este Rhamnus frangula 'al natural', en un macizo arbustivo sin pretensiones o en un seto campestre. No debería faltar en ningún jardín naturalista, donde acompañará a otros arbustos autóctonos o más 'exóticos' realmente fáciles de cuidar: madreselva de los setos (Lonicera xylosteum), morrionera (Viburnum lantana), un saúco negro (Sambucus Black Lace), bola de nieve (Viburnum opulus Roseum), madreselva invernal (Lonicera fragrantissima y L. tatarica), rosa rugosa (Rosa rugosa Rubra), un grosellero de flor (Ribes sanguineum King Edward VII), un níspero (Mespilus germanica) y por qué no una vid purpúrea (Vitis vinifera Purpurea), ¡la elección es amplia!