Robinia hispida Rosea - Acacia rosa

El Robinia hispida 'Rosea' es comúnmente conocido como Acacia rosa. Su follaje ligero y recortado, su floración en racimos de flores papilionáceas y su excelente adaptabilidad a suelos pobres son características que unen a los miembros de la familia de las fabáceas. Este robinier, que no supera los tres metros de altura, florece abundantemente en primavera y de nuevo a finales de verano, con un hermoso color rosa oscuro. Naturalmente resistente a la sequía estival y poco exigente en cuanto al suelo, este robinier es una bendición para los jardines secos o naturales.

El Robinia hispida (sinónimo Robinia elliottii) es originario de los sotobosques secos del sureste de los Estados Unidos. Las fabáceas son capaces de asimilar el nitrógeno en su forma atmosférica y no en su forma orgánica, lo que les permite crecer en suelos pobres en nutrientes. El cultivar 'Rosea' se distingue por el color rosa más intenso de su floración. Alcanza rápidamente 1 m 80 de altura, luego su crecimiento se ralentiza. Culminará a la madurez a 2 m 75 en promedio, con una envergadura de 2 m 50. Su porte es bastante suelto, generalmente redondeado. Desarrolla uno o varios troncos bastante delgados y una copa poco densa, sostenida por ramas quebradizas. Las ramas de este robinier son glandulosas y erizadas con espinas marrones. Sus hojas, caducas, de 15 cm de longitud, están divididas en 10 a 13 folíolos pequeños, de un verde claro tierno. La floración tiene lugar en mayo-junio y a menudo de nuevo en agosto-septiembre, en individuos bastante jóvenes. Las inflorescencias colgantes y generosas, de 10 a 20 cm de longitud, se producen en abundancia. Están compuestas por numerosas flores papilionáceas de color rosa oscuro que combinan perfectamente con el follaje verde claro. Esta floración atrae a los insectos polinizadores. Le sigue la formación de vainas planas, velludas, de 6 a 8 cm de longitud, que contienen semillas marrones.

Este Acacia rosa es adecuado tanto para jardines pequeños como grandes. Plantado en solitario en el centro de un macizo, también se desenvuelve bien en taludes o en setos libres y defensivos. Puede colocarse sobre un fondo de arbustos persistentes o coníferas (cipreses, tuyas, tejos, enebros), rodeado de rosales que a menudo florecen simultáneamente. También se puede asociar, en un bosquecillo florido y en tierra pobre, con otros árboles o arbustos poco exigentes y muy ornamentales como el Sophora davidii, el Laburnum cytisus, el Indigofera gerardiana, el Colutea arborescens ...