Robinia pseudoacacia Karolina Zamoyska - Falsa acacia

El Robinia pseudoacacia Karolina Zamoyska es una variedad de falsa acacia con follaje variegado, marmóreo de amarillo o verde claro al principio. La variegación luego se aclara para volverse blanca con el tiempo. Este robinier tiene una historia sorprendente y conmovedora, es un árbol raro y precioso. Antigua variedad polaca de los viveros de Podzamcze a principios del siglo XX, luego desapareció sin dejar rastro, hasta que en 1981, se descubrió un espécimen variegado cerca de Varsovia e identificado como la variedad Karolina Zamoyska. Aprecia una situación ligeramente sombreada donde sus hojas expresan mejor su variegación. Este hermoso árbol caducifolio tiene un porte flexible y aireado y un follaje fino que proporciona una sombra ligera sin perjudicar a las plantas que lo acompañan. Crece en todo tipo de suelo y en casi todos nuestros climas, excepto en regiones muy ventosas, ya que su madera es quebradiza. El Robinier Karolina Zamoyska es un producto hortícola derivado de Robinia pseudoacacia, un árbol nativo del este de los EE. UU. de la familia de las fabáceas. En esta familia, las plantas son capaces de asimilar el nitrógeno atmosférico a nivel de sus raíces y por lo tanto no necesitan extraerlo del suelo, lo que les permite crecer en entornos pobres. Karolina Zamoyska, cultivado en los famosos viveros de Podzamcze, formó parte de la oferta del vivero entre 1903 y 1913. La variedad fue nombrada en honor a Karolina Franciszka Józefa Zamoyska. Después de la Segunda Guerra Mundial, el árbol desapareció sin dejar rastro. Fue solo en 1981 que Wiesław Gawryś, del jardín botánico de Powsin, encontró un árbol con hojas atípicas variegadas de crema en un parque cercano a los viveros Hoser en Pruszków, cerca de Varsovia, y tras observación y comparación con los documentos de archivo disponibles, el árbol fue identificado como Karolina Zamoyska. El árbol fue reproducido en 2006 y reintroducido en cultivo. Karolina Zamoyska, con un desarrollo menor que el tipo, muestra un follaje luminoso y cambiante. Es un árbol de larga vida con porte columnar durante los primeros años, cuya copa poco densa se redondea con el tiempo. De crecimiento rápido, alcanza en promedio 8 m de altura por 4-5 m de envergadura. La corteza, inicialmente lisa, adquiere con la edad una textura agrietada bastante interesante. La ramificación está compuesta por ramas fuertes pero quebradizas, algunas con espinas. Sus hojas, caducas, de 15 a 20 cm de largo, están divididas en unas veinte folíolos. Son muy decorativas, inicialmente variegadas de amarillo y verde claro antes de madurar en verde oscuro y blanco. La floración tiene lugar en mayo, en individuos de unos diez años de edad. Las inflorescencias colgantes, de 10 a 20 cm de largo, se producen en abundancia. Están compuestas por flores papilionáceas de color blanco. Esta floración, muy perfumada con aroma a naranjo, atrae a los insectos polinizadores y puede cocinarse en buñuelos. Le sigue la formación de vainas planas, rojizas, que contienen algunas pocas semillas marrones en forma de haba. Atención, solo las flores son comestibles, el resto de la planta es muy tóxico. Este Robinier Karolina Zamoyska se adapta tanto a jardines pequeños como grandes, pero se desaconseja en situaciones muy expuestas al viento. Plantado de forma aislada en un jardín pequeño, también se encuentra bien en taludes o setos libres en un jardín de gran tamaño. Se puede colocar en un fondo de arbustos persistentes o coníferas (cipreses, tuyas, tejos, enebros). En tierra pobre, se puede asociar en un bosquecillo florido con otros árboles o arbustos poco exigentes y muy ornamentales como el Sophora davidii, el cytise, el Indigofera gerardiana, un roble rojo (Quercus robur Purpurascens) o un avellano púrpura. Se le da la bienvenida en su jardín tanto por su hermoso follaje variegado como por su historia.