Azalea japonica Tamanini

El Azalea japonesa 'Tamanini', pequeño arbusto persistente de tierra de brezo de la gran familia de los rododendros, se distingue por su follaje animado con reflejos bronce durante todo el año, decorativo incluso en invierno. Esta variedad, bastante tardía, ofrece pequeñas flores primaverales en forma de trompetas, de un rojo ladrillo un poco rosado, cálido y luminoso. Las azaleas japonesas lucen maravillosas en macetas en la terraza, o en bordillos de césped. Merecen algunos ajustes para recrear las condiciones que prefieren: se sienten cómodas a media sombra, en un suelo siempre fresco, sin caliza.

Se sabe poco sobre los orígenes del Rododendro Tamanini. Forma parte de un gran grupo de híbridos persistentes conocidos por su resistencia, adaptabilidad, nivel de floración y colores vivos. Su genealogía, compleja, probablemente incluye las especies asiáticas Rhododendron kaempferi, R y kiusianum, así como diversas especies y antiguos híbridos japoneses. Por lo general, es preferible protegerlos de los fríos intensos. 'Tamanini' es sin embargo resistente hasta -15°C como mínimo.

'Tamanini' es una variedad de tamaño mediano, de porte bastante redondeado. La planta, de crecimiento lento, alcanzará aproximadamente 1 m en todas direcciones a los 10 años, según las condiciones de cultivo. Su floración generalmente comienza a finales de abril, o incluso en mayo según el clima. Está compuesta por pequeñas flores en trompetas con una corola de pétalos ondulados de un rojo-rosa cobrizo satinado, uniforme. El centro de la flor está ocupado por largos estambres en armonía de color. Estas flores se agrupan en racimos terminales de 3 a 5 unidades. El follaje generalmente es persistente en invierno. Está compuesto por pequeñas hojas simples de 2 a 3 cm, ovales, de borde entero, dispuestas alternadamente en las ramas. Su color es verde con reflejos bronce, las hojas jóvenes que aparecen después de la floración son de un hermoso verde claro. Los rododendros desarrollan un sistema radicular poco profundo, al que nunca le debe faltar frescura, pero teme la humedad estancada que lo asfixia.