Sarcococca hookeriana var. digyna

El Sarcococca hookeriana var. digyna es un pequeño arbusto ideal para animar el jardín en invierno, incluso en lugares sombreados. Agradará por su elegante follaje persistente y sus pequeñas flores blancas rosadas agradablemente perfumadas. Además de sus cualidades ornamentales, esta planta también es muy resistente, tolerante con el suelo y económica en agua. Se adaptará a muchos jardines.  

El Sarcococca hookeriana var. digyna es un arbusto con rizomas ramificados ligeramente con chupones. Perteneciente a la familia de las buxáceas, es un pariente cercano del Boj, originario del oeste de China y del Himalaya. Se encuentra comúnmente en los bosques perennes de estas regiones. Este sarcococca forma un pequeño arbusto denso y tupido que no superará los 1,20 m de altura y 1 m de ancho después de muchos años, ya que su crecimiento es bastante lento. Su follaje es coriáceo y persistente en invierno. Las hojas son enteras, oblongas-lanceoladas, muy alargadas; miden de 3 a 6 cm de longitud. Las flores, rodeadas de brácteas rosadas, aparecen a partir del mes de diciembre, a veces junto con los frutos que se vuelven negros, creando un bonito contraste. Están agrupadas en pequeños racimos en las axilas de las hojas, a lo largo de las ramas. No miden más de 3 a 5 mm de longitud, carecen de pétalos, mostrando solo estambres muy desarrollados de color amarillo-verde pálido y 2 estilos marcados de rojo rosado en su base. Esta floración muy perfumada dura alrededor de 2 meses, dependiendo del clima. Las bayas redondas de 3 a 5 mm de diámetro, de un negro azulado al madurar, no son comestibles, pero son muy decorativas.

Este sarcococca ofrece una floración deliciosamente perfumada en una época del año en la que son bastante raras. Crece lentamente, al igual que los coníferos enanos, sabe pasar desapercibido en la temporada cálida, pero estructura eficazmente los pequeños espacios en invierno y se conforma con poco. Tiene la ventaja de aportar a las zonas un poco sombreadas del jardín su presencia permanente y un pequeño toque primaveral durante toda la mala temporada, al igual que los mahonias y los hellebores que pueden acompañarlo. Se cultiva tanto en parterres como en sotobosques, setos bajos o cubresuelos. Acepta perfectamente la competencia de las raíces de los árboles. Es perfecto junto a los Pieris, aucubas o azaleas japonesas. Incluso se puede cultivar en macetas cerca de la puerta de entrada para disfrutar plenamente de su delicioso perfume