Sarcococca ruscifolia

El Sarcococca ruscifolia, también conocido como Sarcococa de hojas de Ruscus, es un hermoso arborito de sotobosque originario del centro de China, bastante desconocido y aún raro en nuestros jardines franceses. Sin embargo, tiene numerosas ventajas y su cultivo no presenta ninguna dificultad en una ubicación sombreada y en un suelo no muy calcáreo. Arbustivo y denso, está provisto de un follaje perenne de un verde brillante, muy decorativo durante todo el año. Es en invierno cuando revela su presencia, mientras que pocos vegetales captan la atención del jardinero, atrayéndolo con su delicado aroma que exhalan sus racimos pequeños de flores de un blanco lechoso. Perfectamente rústico y requiriendo muy poco mantenimiento, se combina con todo tipo de plantas, incluso en los pequeños jardines, tan cómodo en un jardín urbano como en el campo.

El Sarcococca ruscifolia es un arbusto perteneciente a la familia de las Buxáceas, pariente cercano del Boj, originario de la provincia china de Hubei, en una región montañosa donde habita las laderas boscosas. Debe su nombre de especie a la semejanza de su hoja con la del Rusco (Ruscus). Introducido en Europa en el siglo XIX, solo ha aparecido en nuestros jardines occidentales desde la década de 1990. Se trata de un pequeño arbusto denso de porte globular y tallos arqueados, que no superará 1 m en todas direcciones después de muchos años, ya que su crecimiento es bastante lento. Su follaje, persistente y coriáceo, es de color verde oscuro brillante en el haz, más claro en el envés. Las hojas son elípticas, acuminadas, como las del Rusco. Las flores aparecen en enero, agrupadas en racimos pequeños en las axilas de las hojas, a lo largo de las ramas. No miden más de 3 a 5 mm de longitud, carecen de pétalos, mostrando solo estambres muy desarrollados de color blanco. Esta floración muy perfumada se extiende durante todo el mes de febrero, liberando un aroma dulce con notas de vainilla. Los frutos son drupas de 1 cm, ovoides, particularmente decorativas por su color rojo sangre y su superficie brillante. Se vuelven casi negras en otoño.

Muy rústico, este arbusto crece lentamente, pero al igual que los coníferos enanos, sabe pasar desapercibido en la temporada estival, estructura los pequeños espacios en invierno y requiere poco. Ofrece la ventaja de aportar al jardín un toque de primavera desde el mes de enero. Se cultiva tanto en macizos como en sotobosques, setos bajos o cubresuelos. Colóquelo, por ejemplo, detrás de un muro, cerca de un paso frecuente, o incluso no lejos de la entrada o debajo de una ventana para disfrutar al máximo de su perfume. Solo teme los suelos calizos y acepta perfectamente la competencia de las raíces en sotobosque. Es perfecto para llenar un sotobosque junto con helechos, hamamelis, skimmias, aucubas o azaleas. Incluso se puede cultivar en macetas.