Symphoricarpos chenaultii Hancock - Baya de coral

La  Baya de coral x chenaultii 'Hancock' es una variedad de Baya de coral 'Hancock' de porte bajo y tapizante, muy ramificada. Sus ramas flexibles y arqueadas se enraízan fácilmente. Llevan hojas muy pequeñas de color verde azulado que animan discretas flores rosadas en verano, luego bonitas bayas de color rosa oscuro de tamaño pequeño pero producidas en abundancia, persistiendo bastante tiempo en invierno en las ramas si son respetadas por el apetito de los pájaros. Fácil de cultivar al sol o a media sombra en cualquier buena tierra de jardín, es un excelente cubresuelos denso y ornamental, que requiere muy poco mantenimiento.

La Baya de coral (x) chenaultii pertenece a la familia de las caprifoliáceas, al igual que los madreselvas. Este arbusto caduco, descubierto en Orleans en 1910 por R. Chenault, es un híbrido espontáneo entre el Symphoricarpos microphyllus, originario de México, Honduras, Guatemala y Nuevo México y el S. orbiculatus, nativo del este y centro de EE.UU. así como del centro de Canadá y noreste de México.

El cultivar 'Hancock' forma un arbusto frondoso y denso, de porte bajo y muy extendido, alcanzando en promedio 60 cm de altura por más de 2 m de envergadura, con un crecimiento moderadamente rápido. Su follaje es tardíamente caduco, compuesto por hojas pequeñas ovaladas-redondeadas de 2 cm de largo, de color verde azulado en el haz, pero de un verde más claro en el envés. El limbo es ligeramente velloso. La floración tiene lugar en la segunda mitad del verano, en agosto-septiembre, en forma de pequeñas flores en forma de embudo solitarias o gemelas, de color blanco a rosa. Tras la polinización por los insectos, dan lugar a numerosas bayas pequeñas de 8 mm de diámetro, de un rosa intenso.

Las bayas de coral son conocidas por su robustez y sus hermosas fructificaciones invernales. El cultivar 'Hancock' es ideal para cubrir grandes superficies en las zonas difíciles del jardín a las que aporta un toque muy cuidado. Será apreciado por su facilidad de cultivo a la sombra como al sol, su aspecto campestre y su fructificación rosa oscuro. Perfecto al pie de una gran seto o en un rincón sombrío y desnudo del jardín, por ejemplo bajo un gran árbol, en un jardín que deja espacio a la naturaleza. Plántelo sin dudarlo en una gran ladera, sobre un muro o un murete de contención, al borde de la terraza o de un camino.