Espirea prunifolia

El Spiraea prunifolia, también conocido como Espartera de hoja de Ciruelo, o más raramente como Espirea de hojas pruinadas, es un pequeño arbusto demasiado desconocido por los jardineros, a pesar de la precocidad y refinamiento de su florescencia nevada. Bajo su apariencia de nube blanca compuesta por una multitud de pequeños pompones se esconde un arbusto de una notable robustez: ni el frío, ni la sequedad, ni los suelos mediocres parecen ser rival para esta indomable espiraea que se extiende - moderadamente - a lo largo de los años. Espléndido en primavera, vuelve a deleitar al jardinero con sus hermosos colores otoñales. Para aquel que lo ha adoptado algún día, hay pocos arbustos tan entrañables. Instálalo en grandes masivos arbustivos o en un pequeño seto de paisaje de boscaje, en todas nuestras regiones.

El Spiraea prunifolia pertenece a la familia de las Rosáceas. Se trata de un arbusto caduco ligeramente con chupones originario de China, Corea y Japón. En la naturaleza, se encuentra en los matorrales, en pendientes rocosas o en acantilados abruptos, así como en diversos hábitats secos y soleados, hasta 1500 m de altitud. Muy adaptable, esta especie solo teme la presencia de exceso de cal en el suelo.

Es un arbusto de porte tupido y con una silueta un poco despeinada, sostenida por largos y delgados tallos erguidos y ligeramente retorcidos, de color marrón rojizo. Su crecimiento es rápido, alcanza en promedio 1,50 m en todas direcciones en el espacio de 3 a 4 años. La florescencia, muy abundante, generalmente tiene lugar en abril-mayo, a veces incluso en marzo en climas suaves. Las diminutas flores dobles y blancas de 1 cm, agrupadas en pequeñas umbelas, aparecen a lo largo de los tallos del año anterior. La Spiraea prunifolia desarrolla su follaje después de la floración. De color verde intenso, a menudo adquiere bonitos tonos rojos y anaranjados en otoño antes de caer, dependiendo del clima y los años. Las pequeñas hojas son ovales y puntiagudas en sus extremos, miden de 2 a 3 cm. Están dispuestas alternativamente en los tallos. Esta espiraea produce chupones en la periferia de su tocón: se pueden arrancar para limitar su expansión, pero también se pueden replantar en otro lugar o regalarlos a un amigo jardinero.

Rústica, poco exigente, que requiere muy poco mantenimiento, esta encantadora espiraea blanca se adaptará a todos los climas, desde el norte hasta el sur y de este a oeste de nuestro país. Se utiliza en masivo, aislada, en grupo, y por supuesto en un pequeño seto florido. Para crear un pequeño masivo primaveral ligero, se puede asociar con Berberis thunbergii Rose Glow, Prunus triloba multiplex, Prunus x cistena, membrillero del Japón, Ribes sanguineum y con los Cytisus x praecox blancos, rosas, naranjas o incluso rojos que también son plantas sólidas y frugales. En un pequeño jardín, este arbusto poético no carece de elegancia cuando se coloca en grupos de 3 sujetos aislados en un rincón de un césped.