Viburnum farreri - Viburno

Viburnum farreri (sinónimo fragrans) es uno de los progenitores de Viburnum bodnantense, al cual se asemeja mucho. Sin embargo, se distingue por tener un porte más abierto, una tendencia más marcada a producir chupones, pero también por su larga floración invernal más discreta y ligeramente menos perfumada. Reunidas en pequeños racimos, las flores blancas rosadas se abren desde el mes de noviembre y se renuevan hasta marzo, en sucesivas oleadas gracias a los periodos de clima más suave. Otra ventaja de este arbusto es su hermoso follaje bronce en primavera, que se vuelve verde y más discreto en verano antes de lucir colores otoñales suntuosos. Encantadora y sin exigencias especiales, esta viburnum es fácil de tener éxito en la mayoría de nuestras regiones, siempre y cuando se cuide la plantación.

Viburnum farreri (fragrans) es un arbusto caducifolio de la familia de las caprifoliáceas (ahora llamadas adoxáceas), caracterizado por una larga floración otoñal e invernal agradablemente perfumada que aparece en ramas desnudas y ligeramente arqueadas. Es originario de las cordilleras del oeste de China, donde fue descubierto en 1910 por Reginald Farrer. Se trata de una planta resistente, bien adaptada al clima de montaña y que tolera bien los suelos calizos y drenantes, que no sean demasiado secos. 

El porte es erguido, abierto, poco ramificado, extendiéndose el arbusto por la formación de chupones en la periferia del tocón. Su crecimiento es moderadamente rápido. En su madurez, el arbusto alcanzará aproximadamente 3 m de altura por 2 m 50 de envergadura. La floración comienza en noviembre y luego de manera más esporádica hasta marzo, evitando los periodos de heladas fuertes, principalmente en la parte terminal pero también en la axila de las yemas, en las ramas de color marrón-rojizo. Las inflorescencias de 5-7 cm están compuestas por yemas florales rosadas que se abren en flores tubulares casi blancas, muy perfumadas. El color de las yemas será más pronunciado en marzo. El follaje de la viburnum de Farrer tiene la particularidad de ser cobrizo-bronceado al brotar, cambiando gradualmente a verde brillante en verano. Las tonalidades otoñales, brillantes, presentan diferentes tonos de rojo y púrpura. Se trata de un  follaje caducifolio, las hojas enteras son ovales, profundamente dentadas, con venas bien marcadas, de 10 cm de largo. La producción de pequeños frutos rojos es ocasional.

Esta viburnum se puede plantar en macizos, setos libres o floridos o bien aislada, preferiblemente no lejos de la casa o de un camino para disfrutar en cada paso del perfume y la belleza discreta de las flores en pleno invierno. Para acompañarla, coloque algunos bulbos de jacintos orientales o aconitos de invierno a sus pies, junto a ella un Sarcococca, un Garrya elliptica o incluso un avellano mágico (en suelos poco calcáreos). Contrariamente a la creencia popular, el Viburnum farreri se adapta a muchos suelos y climas, incluidos los de montaña o mediterráneos, siempre que tenga un suelo lo suficientemente profundo para obtener algo de frescura en caso de veranos secos. Corte las flores para hacer hermosos ramos. Los viburnums son arbustos fáciles de cuidar, mezclando las diferentes especies entre sí o combinándolas con otros arbustos floridos, creará un jardín encantador y evolutivo a lo largo del año.