Weigela Candida - Veigela

El Veigela Candida es un vigoroso arbusto que forma parte de los grandes clásicos de los setos floridos y los amplios macizos paisajísticos en muchas regiones francesas. Fácil de cultivar en un suelo fresco, de bella estatura, perfectamente rústico, ofrece desde finales de primavera una multitud de flores blancas y cándidas en forma de embudo, bastante grandes para el género, que se renuevan hasta el corazón del verano. Esta floración es aún más grácil al cubrir ramas ligeramente arqueadas y al ser el arbusto, híbrido estéril, que no se agota al producir frutos. Los colores de otoño de su follaje, teñido de ocre y púrpura, animan los grandes macizos.

El Veigela Candida proviene, entre otros, del Weigela florida, nativo del noreste de China, Corea y Japón. Los Veigela son asiáticos y pertenecen a la familia de las caprifoliáceas, al igual que las madreselvas. 'Candida' es un arbusto calcícola (que aprecia los suelos calizos) que desarrolla un sistema radicular fibroso y rastrero, que soporta perfectamente la trasplantación. Presenta un porte tupido, y forma a la larga un gran arbusto ramificado con ramas primero erguidas, que se arquean con el tiempo. Su crecimiento es rápido en suelo fresco, alcanzará a la madurez unos 2,50 m de altura aproximadamente para 2 metros de envergadura. Sus flores en forma de embudo, grandes en comparación con el tipo, son de un blanco puro. Están dispuestas en corimbos, en el extremo de las ramas del año anterior, y florecen en abundancia de mayo a junio, y luego de manera más esporádica en julio. Su follaje caduco está compuesto por hojas de un verde claro y vivo, no pecioladas, pubescentes en el reverso, de forma oval, adquiriendo bellos colores al final de la temporada.

Resistente hasta -20°C, el Veigela 'Candida' se encuentra bien en una ubicación soleada o a media sombra, en un suelo fresco pero drenado. Su porte arqueado y vigoroso lo convierte en un arbusto muy ornamental, cuya floración abundante y cándida, lejos de ser triste, anima durante todo el verano cualquier seto de paisaje de boscaje. En un macizo, por ejemplo, acompáñelo con Elaeagnus pungens 'Maculata', Kerria japonica, Viburnum carlesii, mahonias sin espinas, Hortensias, cornejos variegados, espireas, zarzas ornamentales o incluso un Ribes gordonianum. En el fondo, el follaje muy oscuro de los acebos o tejos formará un bello marco para su floración tan luminosa y asegurará la decoración en invierno.