Phyllostachys aurea Koï - Bambú dorado

El Phyllostachys aurea 'Koï' es una variedad de bambú muy apreciada por sus tallos de un hermoso color amarillo, realzados por una raya verde entre los nudos. Estos tallos bastante delgados y erguidos hacia el cielo llevan un follaje verde claro persistente, lo que le confiere un aspecto muy gráfico. Este magnífico bambú, de tamaño mediano, será perfecto en un jardín contemporáneo, o para crear una escena de inspiración tropical, aunque en realidad es muy resistente. Creciendo al sol o a media sombra, se adapta a la mayoría de los suelos frescos y drenados.                                                

Originario de China y Japón, este bambú pertenece a la familia de las Poáceas, más conocida bajo su antigua denominación de Gramíneas. A pesar de sus tallos duros, que en los trópicos pueden elevarse comúnmente a 20 o 30 m de altura (¡y hasta 45 m para una especie de Dendrocalamus!), el bambú es por lo tanto un pariente de las hierbas y los cereales, y no un árbol. Existen más de un centenar de géneros de bambúes, entre los cuales se encuentra el Phyllostachys, muy utilizado en jardines ornamentales.

El Phyllostachys aurea es una especie que forma matas densas y que posee rizomas superficiales y rastreros. Estos rizomas producen tallos bien rectos y resistentes que pueden alcanzar los 20 a 30 m en sus tierras de origen, raramente más de 6 a 10 m bajo nuestros climas. Se caracteriza por nudos apilados y comprimidos, a veces visibles en la base de algunos tallos. Estas excrecencias internodales se llaman "escamas de tortuga". Las hojas persistentes, estrechas, lanceoladas, de 17 cm de largo, se agrupan en matas densas a lo largo de los tallos, cuyo color varía según las variedades.
Así, en 'Koï', son de un amarillo más o menos dorado según la exposición, con rayas verdes que se extienden longitudinalmente entre los nudos. Esto crea un contraste de colores muy bonito, especialmente decorativo (se encuentra el mismo contraste, pero invertido, en la variedad 'Flavescens Inversa'). Este bambú rastrero forma una mata de tallos esbeltos, con un diámetro de 3 a 5 cm y que alcanzan 5 a 8 m de altura. Cada año, se emiten nuevos tallos más altos que los del año anterior y un pie alcanza rápidamente un ancho de 2,50 a 3 m. Por lo tanto, es muy recomendable limitar su extensión con una barrera anti-rizomas resistente, asegurándose de que sobresalga del suelo 10 cm para evitar cualquier franqueo. El follaje verde claro es muy frondoso, confiriéndole un porte gracioso y una hermosa apariencia exótica a este bambú.
Bastante adaptable, este Phyllostachys acepta la mayoría de los suelos, de ácidos a calcáreos (pH 5 a 8), frescos a húmedos, pero correctamente drenados. Crece en exposición soleada o a media sombra, en el borde de grandes árboles, por ejemplo. Si la cepa es resistente hasta aproximadamente -18 °C, el follaje puede sufrir a partir de -12 °C, especialmente si está expuesto al viento. 

El bambú es una de esas plantas capaces de crear por sí solas un ambiente con carácter. El marcado grafismo de estas plantas las convierte en sujetos de elección en un jardín contemporáneo. 'Koï' constituirá así un magnífico cortinaje vegetal para realzar topiarios, como el Ilex crenata Dark Green, un acebo dentado de follaje verde oscuro, que contrastará tanto en términos de color como de formas. En un jardín de estilo japonés, el Acer palmatum Deshojo, un Arce japonés de follaje recortado y colores cambiantes según la estación, desde rojo intenso a anaranjado pasando por un verde rojizo, creará una escena magnífica con este bambú. Y para crear una escena "tropical", plante en compañía de palmeras, como el Sabal enano (Sabal minor), una especie cespitosa que forma matas bajas de aspecto particularmente exótico...