Phyllostachys heteroclada - Bambú

El Phyllostachys heteroclada es un bambú particularmente valioso para terrenos húmedos y mal drenados. Es una de las pocas especies capaces de prosperar en estas condiciones difíciles, tanto que en China, su país de origen, es apodado bambú de agua. Muy elegante, de tamaño medio, muestra un porte esbelto con sus cañas delgadas de color verde, ligeramente con polvillo al principio. Su follaje también verde cae con gracia, captando el viento para animarse en la primera oportunidad. Muy resistente, crece en suelos neutros a ácidos, a pleno sol o en media sombra, y puede formar hermosos macollamientos aislados o setos cortavientos.

Este bambú pertenece a la familia de las Poáceas, o Gramíneas. Si algunas especies son capaces de alcanzar decenas de metros de altura y de formar cañas duras como la madera, no son árboles, sino hierbas. Se cuentan más de mil especies, distribuidas en todos los continentes, excepto en la Antártida.
El Phyllostachys heteroclada es originario de China, donde crece al sur del río Yangtsé, en bosques y a lo largo de los cursos de agua que descienden de las montañas. Su nombre vernáculo de shui zhu significa literalmente bambú (zhu) de agua (shui), lo que refleja bien su capacidad para crecer en suelos empapados de agua. Es la mejor especie (junto con el P. atrovaginata) para estas situaciones difíciles, ya que, a diferencia de lo que se podría pensar, a los bambús les gusta la frescura y la humedad en general, pero no los suelos encharcados. Esta especie debe esta resistencia a una particularidad morfológica: sus rizomas están recorridos por canales aéreos que permiten a la planta respirar en condiciones normalmente asfixiantes para otras especies. Esto le permite soportar períodos de exceso de agua bastante largos, aunque, por el contrario, es perfectamente capaz de crecer en suelos mejor drenados, siempre y cuando permanezcan lo suficientemente frescos, especialmente en verano.
Forma parte de la categoría de los bambús medianos, alcanzando de 4 a 7 m de altura. Sus cañas tienen un hermoso color verde, ligeramente con polvillo en estado juvenil. Su diámetro limitado, de 3 a 5 cm, les confiere una gracia y ligereza apreciable en jardinería ornamental. Este Phyllostachys forma un macollamiento bien erguido, y desarrolla un hermoso follaje bastante fino, con hojas que miden hasta 12 cm de largo por menos de 2 cm de ancho. De un bonito verde medio, este follaje es ligeramente llorón, añadiendo al esteticismo de los macollamientos. Muy denso y persistente, es particularmente apreciado para crear setos cortavientos.
Este resistente bambú no teme al frío ya que resiste hasta -20°C. Bastante adaptable, crece tanto a pleno sol como en media sombra. Prefiere suelos fértiles, húmicos, húmedos, con pH neutro o ligeramente ácido. Es moderadamente invasivo, lo que lo destina a jardines de cierto tamaño donde podrá desarrollarse sin restricciones. En superficies más reducidas, se podrá contener instalando desde la plantación "barreras anti-rizomas", especie de placas de resina plantadas en vertical en la tierra. Es imperativo hacerlas sobresalir del suelo unos 10 cm aproximadamente, de lo contrario los rizomas pasarán fácilmente por encima. No obstante, es necesario ser consciente de que con el tiempo, es difícil evitar completamente la expansión de este tipo de plantas…

El Phyllostachys heteroclada es el bambú para plantar en el borde de un punto de agua o en una orilla. Reflejándose en el espejo de agua, creará un ambiente romántico incomparable. Podrás plantar a su lado otras plantas adaptadas a suelos muy húmedos, como el majestuoso Ciprés de los Pantanos cuyos neumatóforos le aseguran una alimentación de aire de la misma manera que los canales aéreos de los rizomas del bambú. Es uno de los pocos coníferos caducifolios, cuyo hermoso follaje ligero se vuelve rojizo en otoño, creando así un magnífico contraste con el verde del Phyllostachys. Menos conocido, el Nyssa sylvatica es un magnífico árbol de porte piramidal cuyo follaje se enciende de rojo anaranjado en otoño. En climas no demasiado fríos, la Gunnera manicata o Ruibarbo gigante de Brasil, una vivaz con hojas desmesuradas, creará un interesante contraste con las hojas finas del bambú. Y para completar esta escena, unos cuantos pies de Nenúfares instalados en el agua cerca de la orilla encantarán el verano con su floración escultural...