Cupressus sempervirens var. stricta Pyramidalis - Ciprés común

El Cupressus sempervirens 'Pyramidalis', comúnmente llamado Ciprés de Provenza o Ciprés de Florencia, es una forma de porte colunar y estrecho de este gran conífero persistente de follaje verde oscuro. Emblemático de la Toscana, este árbol crece rápidamente durante sus primeros años y puede vivir 500 años, desarrollando finalmente esa silueta característica que marca los paisajes mediterráneos. Este ciprés es perfecto para destacar una entrada o estructurar un gran espacio. Es un árbol precioso para los jardines del sur, ya que se adapta a suelos pedregosos y pobres, a la sequía y a los vientos fuertes.

El Cupressus sempervirens es una especie de la familia de las cupresáceas, que se cree que es originaria de Asia, pero que ha estado aclimatada desde hace mucho tiempo en las regiones mediterráneas, debido a su excelente adaptación a la sequía, al viento y a los suelos mediocres. En la naturaleza, se encuentra en bosques secos y claros, generalmente sobre suelos calcáreos. Cercano al Chamaecyparis, se diferencia por sus ramas redondeadas, dispuestas en escobillones alrededor del eje principal, y sus conos más grandes, con escamas leñosas. 'Pyramidalis' es un cultivar obtenido por selección de la forma 'Stricta', que se puede encontrar en estado silvestre. Además de tener ramas erectas, tiene un porte más claramente fastigiado que su 'progenitor'. Es la variedad más comúnmente plantada.

'Pyramidalis' es una variedad alta y estrecha, que puede alcanzar entre 10 y 14 m de altura, e incluso más, con una envergadura de 1 m a 1.20 m. A los 6 años, en buenas condiciones, ya alcanzará los 6 m de altura. Esta variedad produce frutos, que pueden aumentar el peso y ensanchar la ramificación, lo que a veces provoca una silueta un poco despeinada, pero no carente de encanto. Creciendo rápidamente en su juventud, 'Pyramidalis' se viste de un follaje aromático, oscuro, compuesto de pequeñas hojas redondeadas con glándulas resiníferas, entrelazadas en cortas ramas a su vez implantadas en ramas erectas. Al igual que todos los cipreses comunes, su madera es muy aromática y libera resina bajo una corteza marrón-grisácea, bastante fina y agrietada. Su sistema radicular es pivotante, lo que le permite anclarse profundamente en el suelo para obtener agua y nutrientes, y resistir al viento, incluso fuerte. Su rusticidad es buena en suelos drenados, del orden de -15°C. ¡Pero su altiva silueta no aprecia el peso de la nieve, que podría deformarla permanentemente!

El Ciprés de Toscana 'Pyramidalis' es perfecto para enmarcar una entrada, plantado en grupo de tres ejemplares, como solía ser costumbre en Provenza, siendo a la vez un símbolo para dar la bienvenida a los visitantes y un faro para los viajeros perdidos, indicando una presencia humana y acogedora, agua fresca o un buen fuego en la chimenea. Una oportunidad para los jardines de causses, en suelos pedregosos, donde pocos árboles prosperan, su majestuoso porte estructura un jardín de manera única, ya sea de estilo contemporáneo, italiano o mediterráneo. También se puede utilizar de manera aislada, rodeado de follajes grises (Artemisa blanca, lavandas, Melianthus major, Perovskia atriplicifolia ‘Blue Spire’) o en un seto perenne, acompañado de Arbutus unedo, Carpe, enebro común y sus variedades, Ceanothus arboreus Skylark, o Eleagnus ebbingei, por ejemplo.

El ciprés de Provenza simboliza la inmortalidad. Su madera aromática que antiguamente estaba presente en todos los ritos funerarios, también era quemada en el incienso.