Abies alba Pyramidalis - Abeto blanco

El Abies alba 'Pyramidalis' es una forma enana y muy ornamental del Abeto blanco. Eleva en el jardín su silueta colunar y cónica vestida de un follaje muy denso y muy oscuro, con el reverso plateado, de aspecto muy suave. En primavera, los jóvenes retoños son de un amarillo cremoso, y en verano el follaje se adorna con pequeños conos verdes erectos que más tarde adquieren un bonito tono violáceo o marrón rojizo. Este pequeño abeto, con su modesto tamaño y su presencia, se convertirá fácilmente en el punto focal de una gran rocalla o de un pequeño jardín, en suelo fresco y preferiblemente ácido.

También llamado Abeto común y pudiendo alcanzar los 50 m de altura en su entorno natural, el Pino de Weymouth es un árbol persistente de la familia de las pináceas originario de las montañas del centro y sur de Europa. La variedad enana 'Pyramidalis', de porte columnar, crece bastante rápido en cono, alcanzando 2,50 m de altura por 1 m de envergadura en 10 años. Posee ramas grisáceas y oscuras, cubiertas de acículas verde muy oscuro, brillantes, con el reverso plateado, dispuestas en filas a ambos lados de las ramas laterales. Sus jóvenes retoños amarillos muy pálidos contrastan bellamente con el follaje más antiguo. Su corteza gris y lisa se agrieta con el tiempo, añadiendo una dimensión interesante a su hermosa vegetación. Los conos de los ejemplares jóvenes maduran en un tono violáceo.

El Abies alba Pyramidalis es ideal para adornar una gran rocalla o destacar en un pequeño jardín gracias a su presencia muy densa y a su estatura moderada. Con su silueta colunar y magistral, lucirá maravillosamente en el centro de un macizo de vivaces y coníferas bajas, especialmente si se planta en grupos de 3 ejemplares. Las verdaderas cualidades gráficas de los coníferos enanos se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere el esteticismo de las formas, siluetas y texturas a la danza de las floraciones. Estas plantas con fuerte personalidad y permanencia tranquilizadora estructuran de forma duradera un macizo, marcan los senderos, bordean la terraza, sustituyendo fácilmente la presencia fuerte del boj recortado. Sirven de marco a rosales, peonías o gramíneas despeinadas con un temperamento muy complementario que, a su vez, harán valer toda su intensidad. También se pueden asociar con plantas cubresuelos como aubrietas, cerastiums y arbustos floridos. Lo importante es jugar con los volúmenes y los colores.

Consejos: Riegue en períodos de fuerte calor ya que teme la sequía.