Abies lasiocarpa var. arizonica Compacta

El Abies lasiocarpa var. arizonica es un conífera persistente de la familia de las pináceas. Es una subespecie del abeto alpino, común en el oeste de América del Norte, que crece en las montañas de Arizona y Nuevo México. En la naturaleza, este abeto alcanza aproximadamente los 20 m de altura. El Abies lasiocarpa var. arizonica 'Compacta', como su nombre indica, es una forma que representa en cierto modo una miniatura de la subespecie arizonica. De crecimiento muy lento, este abeto no superará los 4 m de altura y 2,50 m a 3 m de diámetro en la base, después de muchos años. Presenta una porte piramidal ensanchada, muy densa, con numerosas ramas que parten del tronco. La corteza es grisácea y lisa, volviéndose rugosa y agrietada con el tiempo. El follaje desprende al ser rozado un olor balsámico característico. Está compuesto por cortas acículas de 2-3 cm, verdes en el haz pero con dos bandas plateadas en el reverso. El color general del follaje es un verde azulado con reflejos plateados. Este bonito color se acentuará más en verano y en un suelo algo seco. Esta conífera resiste heladas de -20 ºC. Prefiere suelos drenados ligeramente ácidos a neutros. Su sistema racinario, profundo y con finas ramificaciones, le permite resistir bien al viento, así como a períodos de sequía. Se prefiere una exposición al resguardo del sol demasiado abrasador.

El Abies lasiocarpa 'Compacta' se utilizará como espécimen aislado en el jardín o en una gran rocalla. Su silueta de abeto y su follaje luminoso lo convierten en un sujeto atractivo durante todo el año, incluso en invierno. Las verdaderas cualidades gráficas de los coníferos enanos se integran naturalmente en un jardín contemporáneo, que prefiere el esteticismo de las formas, las siluetas y las texturas a las floraciones. Estas plantas con una fuerte personalidad estructuran duraderamente un macizo, marcan los caminos, bordean la terraza. Forman una hermosa asociación con gramíneas despeinadas con un temperamento muy complementario. También se pueden asociar con plantas cubresuelos como las aubrietas o los cerastiums. También se puede considerar plantar pequeños bulbos de primavera o cyclamens de Nápoles cerca de su base. Todo consiste en jugar con los volúmenes y los colores.