Chamaecyparis obtusa Aurea - Ciprés hinoki

El Chamaecyparis obtusa Aurea es un majestuoso conífero japonés introducido en Europa en 1860. Exhibe una silueta cónica, densa y totalmente redondeada, adornada con un follaje cambiante de textura magnífica, muy denso, de color amarillo dorado cuando nace en la punta de las ramas, cambiando con el tiempo a verde claro, antes de adquirir un tono cobrizo en otoño. En su madurez, su cima alcanzará más de 9 metros, dominando su grueso tronco oculto bajo una vegetación espesa. Su corteza bastante suave y fibrosa esconde una madera preciosa, de color rojo índico, muy apreciada en ebanistería. Prosperará a pleno sol, resguardado de vientos fuertes, en un suelo fresco, profundo y drenado.

También conocido como Ciprés hinoki del Japón y pudiendo alcanzar los 50m de altura en su entorno natural, el falso ciprés obtuso se utiliza en su país de origen principalmente para la fabricación de muebles lacados y en la construcción de numerosos edificios como palacios. Esta variedad más compacta, 'Aurea', se distingue por su porte a la vez cónico y redondeado, muy interesante. Crece lentamente para formar un cono irregular, casi tan ancho como alto. Después de diez años de cultivo, alcanzará una altura de 2 a 3 metros, con un diámetro de 2 metros. En su madurez, superará los 9 metros de altura. Tiene numerosas ramas en forma de abanicos, cubiertas de hojas escamosas minúsculas. Sus jóvenes brotes amarillo dorado contrastan hermosamente con el follaje más antiguo de tono verde claro y brillante, que adquiere un tono cobrizo en otoño.

El Chamaecyparis obtusa 'Aurea' es ideal para jardines grandes o espacios abiertos. Con su presencia natural, sin necesidad de poda, destacará si se planta de forma aislada, cerca de una entrada, o para resaltar un paso, un camino. Las verdaderas cualidades gráficas de los coníferos se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere el esteticismo de las formas, siluetas y texturas a la danza de las floraciones. Estas plantas con una presencia duradera estructuran de manera duradera un macizo, marcan los caminos, bordean la terraza o la charca ornamental, sustituyendo fácilmente la fuerte presencia del boj recortado. Sirven de marco para rosales, peonías arbustivas, o grandes gramíneas despeinadas con un temperamento muy complementario. También se pueden asociar con coníferas de rocalla, arbustos, o plantas cubresuelo como aubrietas, cerastiums, así como arbustos con flores. La clave está en jugar con los volúmenes y los colores.

Consejos: Riegue en períodos de fuerte calor ya que teme la sequía.