Chamaecyparis obtusa Rashahiba - Ciprés hinoki

El Chamaecyparis obtusa Rashahiba es una forma reducida del Falso ciprés hinoki de Japón con follaje dorado cuya silueta original parece estar en constante movimiento. Sus ramas planas y gruesas de aspecto plumoso se despeinan con gracia, en una hermosa gama de amarillo y verde ácido, muy luminoso, que se tiñe más de bronce en invierno. De crecimiento lento, alcanzará 1 m de altura en 10 años. Este conífero un poco desaliñado y muy colorido animará todo el año los pequeños espacios, los macizos o las rocallas. Se adapta de manera notable al cultivo en maceta. Prefiere una exposición soleada o semisombreada, un suelo fértil, más bien fresco pero bien drenado, húmico, no calcáreo.

También conocido como Ciprés hinoki de Japón, perteneciente a la familia de las cupresáceas, y pudiendo alcanzar los 50 m de altura en su entorno natural, el falso ciprés obtuso se utiliza principalmente para la fabricación de muebles laqueados y en la construcción de numerosos edificios como palacios en su país de origen. La variedad enana, 'Rashahiba' se caracteriza por ramas gruesas, un poco retorcidas, y un porte erguido informal, un poco imprevisible. Crece lentamente. Un ejemplar adulto medirá aproximadamente 1.50 m de altura por 1 m de ancho, después de muchos años de cultivo. Presenta un follaje joven de color amarillo limón a amarillo pálido, que se vuelve más verde con la edad, de aspecto plumoso.

El Chamaecyparis obtusa 'Rashahiba' es un conífero caprichoso y luminoso. Es ideal para el cultivo en maceta en una terraza o en los pequeños jardines debido a su crecimiento lento y su pequeño tamaño. Con su silueta original sin podar, lucirá maravillosamente en sus rocallas, en compañía de variedades más oscuras. Las verdaderas cualidades gráficas de los coníferos enanos se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere el esteticismo de las formas, las siluetas y las texturas a la danza de las floraciones. Estas plantas con una presencia tranquilizadora estructuran duraderamente un macizo, marcan los senderos, bordean la terraza, sustituyendo fácilmente a la fuerte presencia del boj podado. Sirven de marco para pequeñas rosas, peonías o gramíneas despeinadas con un temperamento muy complementario. También se pueden asociar con arbustos o plantas cubresuelos como aubrietias, cerastiums, así como con arbustos florales. La clave está en jugar con los volúmenes y los colores.

Consejos : Riegue en períodos de fuerte calor ya que teme la sequía.