Sugi Compressa - Cryptomeria japonica

El Cryptomeria japonica Compressa es una forma verdaderamente enana del Acebo del Japón. De crecimiento muy lento, este pequeño conífero forma una bola muy densa y perfectamente regular, y se viste con un follaje en agujas verde oscuro que adquiere hermosos tonos bronceados con el frío. Sin mantenimiento, resistente, permite crear asociaciones inesperadas en las rocallas y los jardines alpinos. Se cultiva al sol, en un suelo drenado ordinario, no demasiado seco a fresco.

El Cryptomeria japonica es un conífera muy grande de la familia de las taxodiáceas originario de Japón. En su país de origen, este árbol es comúnmente plantado alrededor de los templos religiosos. Se trata de una especie de luz y clima de tipo oceánico suave, a la vez húmedo todo el año y suave en invierno. En Asia, este árbol forestal con aspecto de secuoya a veces alcanza los 60 m de altura, plantado sobre un tronco de 4 m de diámetro cubierto de una corteza rojiza que se desprende en tiras verticales. En nuestras latitudes, alcanza de todos modos 30 a 40 m de altura. El follaje persistente de este conífera está compuesto de agujas implantadas en espirales alrededor de las ramas. El Acebo del Japón ha dado lugar a numerosos cultivares seleccionados por su pequeño desarrollo, el aspecto de su follaje, su resistencia al frío y su mejor tolerancia a nuestros suelos y climas medios.

La variedad 'Compressa', como su nombre indica, se asemeja a un criptómero fuertemente comprimido. De crecimiento muy lento, alcanzará 40 cm en todos los sentidos a los 5 años y apenas unos pocos metros después de muchas años. Su porte es notablemente globular, compuesto de una vegetación densa. Su follaje también muy denso, particularmente fino, cubre numerosas ramas regulares coronadas de rosetas de agujas verde oscuro en sus extremos. De un hermoso verde brillante de marzo a octubre, se tiñe de tonos bronce, marrón, rojos y cobrizos en otoño e invierno. Esta variedad es rústica hasta -20°C.

El Cryptomeria japonica Compressa merece ser más conocido y plantado en los jardines, incluso los más pequeños. Por su  facilidad de cultivo, su personalidad y su desarrollo muy reducido, es una planta perfecta  para las rocallas, los macizos y las terrazas. Esta planta se combina bien con grandes piedras, líneas geométricas y estructuras de albañilería. Se puede asociar con otros arbustos de rocalla (Abelia prostrata, Berberis darwinii o thunbergii atropurpurea Nana, brezos) coníferas enanas de porte postrado (Juniperus horizontalis Blue Chip), globulares o columnares, de diferentes colores. Las verdaderas cualidades gráficas de los coníferas se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere el esteticismo de las formas, las siluetas y las texturas a la danza de las floraciones. Estas plantas con una permanencia tranquilizadora estructuran duraderamente un macizo, marcan los senderos, bordean la terraza, sustituyendo fácilmente la presencia fuerte del boj recortado o del acebo. Todo es jugar con los volúmenes y los colores.