Ciprés leylandii Castlewellan Gold - Cupressocyparis

El Cupressocyparis leylandii 'Castlewellan Gold' es una variante con follaje ligeramente dorado de este gran conífera de seto más conocido como Ciprés de Leyland. Su crecimiento puede ser controlado por la poda, bien tolerada, lo que facilita su uso en un seto persistente. Poco exigente, resistente, se adapta a suelos bastante pobres, calcáreos, arcillosos, a la contaminación, a la bruma marina y a la salinidad del aire. Sin embargo, se deben evitar los suelos demasiado rocosos y el clima muy seco del Mediterráneo. Según su presupuesto, la longitud de su seto, su paciencia y el tiempo que puede dedicar al jardín, diferentes tipos de productos están disponibles para usted.

- Para un seto económico de cipreses de Leyland, opte por macetas de 9 cm que puede plantar durante todo el año. La preparación del suelo será meticulosa (desmalezado cuidadoso, eliminación de todas las raíces, zanja de plantación) y será preferible colocar un mantillo al pie de los arbustos para limitar la germinación de las malas hierbas y el trabajo de desmalezado mientras se establecen. Una vez establecidos, crecen rápidamente y pronto alcanzarán a sus homólogos cultivados en macetas. Esta es la solución más económica cuando se trata de hacer un seto de al menos 10 m de longitud.

- Para un seto de cipreses de Leyland de crecimiento rápido o para rellenar un seto ya existente, elija arbustos en macetas de 3 litros. Los arbustos en macetas se pueden plantar durante todo el año, excepto en períodos de heladas o de calor extremo. Se plantan en un hoyo de plantación individual, al igual que todos los demás arbustos del jardín. Aunque impactan de inmediato, tardan un poco más en "arrancar" y necesitarán riegos más frecuentes y regulares, especialmente cuando el verano es seco.

¡Respete la buena distancia de plantación según el tamaño de su planta! Generalmente, se debe prever un espacio de 60 cm entre cada planta para arbustos en macetas, 70 a 80 cm para plantas en macetas de 2 o 3 litros, 80 cm a 1 m para macetas de 4 a 10 litros, 1 m a 1,2 m para macetas de más de 10 litros. Para el ciprés de Leyland, dado su rápido crecimiento y su tamaño a la madurez, es preferible prever un espaciado de 1 metro entre cada planta en maceta, hasta 2 metros para los arbustos cultivados en macetas grandes.

En cuanto a la altura de su seto: fuera de un pliego de condiciones específico de un lote o de una copropiedad, se aplica el Código Civil: los árboles y arbustos, si tienen una altura superior a 2 m, deben plantarse a una distancia mínima de 2 m de la línea de propiedad. Si la altura es inferior a 2 m, se considera una distancia mínima de 50 cm. La distancia de plantación se calcula desde el límite divisorio hasta el centro del árbol. La altura se mide desde el suelo hasta la punta de la planta.

El (x) Cupressocyparis leylandii es un híbrido espontáneo entre el Cupressus macrocarpa, el ciprés de Lambert o de Monterey, nativo de los bosques que bordean el centro de la costa californiana, y el Chamaecyparis nootkatensis, el ciprés falso de Nutka, nativo de la parte norte de la costa occidental de América del Norte. Estos dos coníferas resistentes, de gran desarrollo, adaptables al suelo, aprecian los climas bastante húmedos. Ambos pertenecen a la familia de las Cupresáceas.

El cultivar 'Castlewellan Gold' (sinónimo Castlewellan o Galway Gold), introducido en 1962 en Irlanda del Norte, difiere del ciprés de Leyland clásico principalmente por el color de su follaje. Proviene de un cruce con el Ciprés de Monterey 'Lutea', de follaje dorado.

Su crecimiento es muy rápido, después de un período de establecimiento. El ciprés 'Castlewellan Gold' crece alrededor de 80 cm a 1 m por año, alcanzando en promedio 20 m de altura por 6 a 7 m de ancho si no se poda. Se necesitarán podas regulares (2 veces al año) si desea mantenerlo a 2 o 3 m de altura en un seto convencional. Este conífera muestra una forma naturalmente regular, piramidal y densa. Sus ramas flexibles y ligeramente ascendentes se visten con un follaje bastante grueso cuando se observan de cerca, aromático al tacto. Su olor es ligeramente ácido. Sus hojas pequeñas y triangulares están entrelazadas en cortas ramas cilíndricas, a su vez implantadas en ramas. Los brotes jóvenes están moteados de verde y amarillo dorado en primavera, luego se vuelven verdes en verano. El follaje en otoño es una mezcla de oro y verde, cambiando a bronce dorado con el frío en invierno.

Este conífera produce polen que puede ser alergénico para algunas personas, al comienzo de la primavera. Los conos femeninos, globulares y verdes, se vuelven marrones cuando maduran. La corteza marrón rojiza adquiere un tono grisáceo con la edad. El sistema radicular de este árbol es pivotante, lo que le permite anclarse muy profundamente en el suelo para obtener agua y nutrientes, y resistir al viento, incluso fuerte. Su rusticidad es excelente, del orden de -20°C.

El Ciprés de Leyland Castlewellan, más luminoso, permite romper la monotonía de un decorado invariablemente verde durante todo el año. Es perfecto en un seto colindante, cuya función será proteger el jardín, en los límites del campo o frente al mar, por ejemplo. Una ventaja para los jardines urbanos o costeros muy ventosos, muy plantado en urbanizaciones, este ciprés asegura un decorado permanente durante todo el año al tiempo que cumple perfectamente su función de pantalla visual. En unos pocos años se convierte en una majestuosa pirámide, si crece libremente. Aunque forma hermosas pantallas persistentes, este ciprés de Leyland también se puede plantar aislado o mezclado con otros grandes arbustos en un seto que favorecerá mucho más la biodiversidad en el jardín. Plantado aislado en un gran jardín, es un árbol magnífico. Como muchos coníferas, se integra en jardines de todos los estilos, contemporáneo, salvaje, romántico o inglés.