Juniperus communis Repanda - Enebro común

El Juniperus communis 'Repanda', es un enebro común que forma un notable tapiz al sol. Prostrado, rastrero en horizontal, sus largas ramas espinosas visten el suelo con un follaje filiforme extremadamente denso, verde un poco pardo volviéndose bronce en invierno. Este conífera de crecimiento lento es extremadamente resistente y perfectamente adaptado a condiciones difíciles, incluso áridas. Es un excelente planta cubresuelos, ideal para adornar un gran talud o una rocalla. Aprecia el pleno sol y un suelo bien drenado, adaptándose incluso a tierras pobres, secas y calcáreas.

El Juniperus communis es un conífera persistente y espinoso perteneciente a la familia de las cupresáceas, que agrupa especies cercanas como los cipreses y los chamaecyparis. Es originario del norte de Europa, América del Norte y Asia Menor. En su entorno natural, presenta un porte bastante variable, cónico o extendido a postrado, pudiendo alcanzar 6 m de altura y 3 a 4 m 50 de envergadura. Esta especie aprecia suelos pobres, arenosos y/o calcáreos y no teme las condiciones áridas.

El enebro 'Repanda', derivado de esta especie, forma al cabo de 10 años un arbusto postrado, de porte muy extendido, que mide 20 cm de altura con una envergadura de 1 m a 1 m 20. Crece lentamente cuando es joven, a un ritmo de 5 cm en anchura en un año. El crecimiento se acelera un poco con la edad. Un ejemplar adulto medirá aproximadamente  30 cm de altura por 2 m de diámetro. Su follaje está compuesto por dos tipos de hojas, las juveniles tienen apariencia de escamas mientras que las hojas adultas son acículas. Sus pequeñas hojas juveniles, muy juntas, desprenden al frotar un olor resinoso y aromático. De primavera a otoño, el follaje muestra un tono verde claro (debido a los brotes jóvenes), luego verde-marrón, para tomar gradualmente un bonito tono más bronceado en invierno. Los frutos son llevados por los pies femeninos. Son bayas escamosas llamadas piñas; son marrón-negro y ricos en aceite esencial con numerosas virtudes terapéuticas. Su corteza marrón-grisácea esconde una madera rojo-marrón y se desprende con el tiempo. Los enebros tienen un sistema radicular superficial que los hace frágiles frente a vientos fuertes y difíciles de asociar con plantas vivaces.

El enebro rastrero 'Repanda' es un conífera extraordinario, de una gran frugalidad, que conquista el espacio en las zonas más difíciles del jardín siempre que estén soleadas. Se adoptará sin reservas de Norte a Sur de nuestro país, en llanura como en montaña e incluso en a orillas del mar. Una vez establecido, este conífera desalienta las malas hierbas por la densidad de su follaje. Encuentra y se instala en un gran talud, entre las rocas, encima de un muro o de un murete o cerca de una piscina, ya que se combina bien con las líneas geométricas y las construcciones de mampostería. También se puede instalar cerca de un punto de agua, en sobresaliente, descendiendo de un pedregal. Las reales cualidades gráficas de los coníferas se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere el esteticismo de las formas, las siluetas y las texturas a la danza de las flores. Estas plantas con una permanencia tranquilizadora estructuran duraderamente un macizo, marcan los caminos, bordean la terraza, sustituyendo fácilmente la presencia fuerte del boj recortado o del acebo. Se asocian bien con los mahonias, o con las gramíneas despeinadas de temperamento muy complementario. El todo es jugar con los volúmenes y los colores.