Juniperus squamata Blue Carpet - Enebro escamoso

El  Juniperus squamata 'Blue Carpet', también conocido como Enebro escamoso, es un pequeño arbusto persistente de porte extendido, bajo y compacto, cuyo follaje muy denso exhibe una magnífica tonalidad azul plateada. Es perfecto para colonizar un talud, integrarse en un pedregal o rellenar un macizo en un pequeño jardín. Este conífero de crecimiento bastante rápido es una planta resistente, poco exigente y muy ornamental. Aprecia el sol y un suelo bien drenado, incluso pobre, que retenga la frescura.

El Enebro escamoso, también llamado Genévrier du Népal, debe su nombre a sus antiguas acículas que conserva en la base de las ramas. Es una especie persistente originaria de las montañas del Himalaya y de China, a una altitud comprendida entre 1600 y 4900 m. Es un conífero de gran rusticidad (hasta -30°C) y poco exigente perteneciente a la familia de las cupresáceas.

'Blue Carpet' forma después de algunos años un hermoso arbusto de porte denso, postrado y extendido, que mide de 30 a 50 cm de altura y una envergadura de 1 a 2 m, a veces más dependiendo de las condiciones de cultivo. Crece lentamente cuando es joven, luego su crecimiento se acelera un poco con la edad. Sus ramas dispuestas en grandes frondas de aspecto plumoso están totalmente cubiertas de ramillas cortas y rígidas, vestidas de pequeñas hojas en forma de escamas muy apretadas, implantadas alternadamente en verticilos de 3, en seis filas. El follaje tiene una tonalidad azul plateada realmente notable. Los frutos se forman en los pies femeninos, a veces en plantas tanto masculinas como femeninas. Son falsas bayas ovoides llamadas gálbulos; son negros brillantes cuando maduran y contienen una semilla. Su corteza marrón rojiza se desprende con la edad. Los enebros tienen un sistema radicular superficial que a veces dificulta su asociación con plantas vivaces.

El enebro 'Blue Carpet' es un pequeño conífero poco exigente, fácil de cultivar en un talud o en un pedregal, siempre que el suelo se mantenga lo suficientemente fresco y esté expuesto al sol. También se puede plantar sobre un muro o cerca de una piscina, ya que se combina bien con líneas geométricas y estructuras de albañilería. También se cultiva fácilmente en macetas para decorar la terraza o el balcón. También se puede colocar cerca de un punto de agua, en lo alto, descendiendo por un pedregal rocoso. Las verdaderas cualidades gráficas de los coníferos se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere el esteticismo de las formas, siluetas y texturas a la danza de las floraciones. Estas plantas de permanencia tranquilizadora estructuran de forma duradera un macizo, marcan los caminos, bordean la terraza, reemplazando fácilmente la fuerte presencia del boj recortado. Se combinan bien con las gramíneas aéreas y los brezos cuyo temperamento es muy complementario. Todo radica en jugar con los volúmenes y los colores.

Consejos : Riegue regularmente durante los dos primeros años y en caso de sequía prolongada. Si bien acepta un suelo ocasionalmente seco en un clima fresco, este conífero será decepcionante en un clima mediterráneo, demasiado seco y caliente en verano.