Juniperus squamata Holger - Enebro escamoso

El Juniperus squamata 'Holger', también conocido como enebro escamoso, es un arbusto persistente de porte extendido, amplio y muy ramificado, cuyo follaje escamoso muestra en primavera dos colores bien contrastados. Sus brotes jóvenes de color amarillo claro aparecen en ramas azul verdoso con reflejos plateados, elegantemente arqueadas. Es perfecto para cubrir una ladera, adornar una rocalla o rellenar un gran macizo. Este conífero de crecimiento bastante rápido es una planta resistente, poco exigente y muy ornamental. Aprecia el sol y un suelo bien drenado, incluso pobre, manteniendo un poco de frescura.

El enebro escamoso, también conocido como enebro del Nepal, debe su nombre a sus antiguas agujas que conserva en la base de las ramas. Es una especie persistente originaria de las montañas del Himalaya y de China, a una altitud comprendida entre 1600 y 4900 m. Es un conífero de gran rusticidad (hasta -30°C) y poco exigente perteneciente a la familia de las cupresáceas.

'Holger' forma en 10 años un bello arbusto de porte amplio y extendido, pero compacto, midiendo aproximadamente 60 cm de altura con una envergadura de 1 m 10, a veces más dependiendo de las condiciones de cultivo. Crece rápidamente cuando es joven, luego su crecimiento se ralentiza un poco con la edad. En la madurez, a veces alcanza los 2 m en todas las direcciones. Sus ramas dispuestas en grandes frondas flexibles, de aspecto plumoso, están totalmente cubiertas de ramas cortas y rígidas, vestidas con pequeñas hojas muy apretadas y entrelazadas unas con otras. El follaje tiene un tono verde azulado plateado del verano al invierno, contrastando con los brotes jóvenes de primavera amarillo claro. Los enebros tienen un sistema de raíces superficiales que a veces dificulta su asociación con plantas perennes.

El enebro 'Holger' es un conífero poco exigente, fácil de cultivar en una ladera o en una rocalla, siempre que el suelo se mantenga lo suficientemente fresco y esté expuesto al sol. También se puede plantar sobre un muro o cerca de una piscina, ya que se combina bien con líneas geométricas y estructuras de mampostería. También se puede colocar cerca de un punto de agua, en un saliente desde un desprendimiento de rocas. Las verdaderas cualidades gráficas de los coníferos se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere el esteticismo de las formas, siluetas y texturas a la danza de las floraciones. Estas plantas con una permanencia tranquilizadora estructuran de forma duradera un macizo, marcan los senderos, bordean la terraza, sustituyendo fácilmente la presencia fuerte del boj recortado. Se asocian con gramíneas despeinadas y brezos cuyo temperamento es muy complementario. Lo importante es jugar con los volúmenes y los colores.

Consejos: Riegue regularmente durante los dos primeros años, y en caso de sequía prolongada. Aunque tolera un suelo ocasionalmente seco en un clima fresco, este conífero será decepcionante en un clima mediterráneo, demasiado seco y caluroso en verano.