Picea glauca Biesenthaler Frühling - Pícea blanca

El Picea glauca Biesenthaler Frühling es una variedad de Pícea blanca enana, bastante común, que se revela totalmente en mayo y junio cuando la planta brota en jóvenes agujas de color amarillo crema, deslumbrantes de belleza y claridad. Este conífero tiene un porte cónico y estrecho y una vegetación naturalmente apretada, muy regular, sin necesidad de poda. A este aspecto cuidado se añade un follaje verde claro a verde oscuro de un tono apagado. Prefiere una ubicación resguardada o semi sombreada, protegida del sol durante la brotación. El suelo debe ser fresco y drenado.

El Picea glauca, también conocido como Sapinette blanche, Epicéa blanco o Epicéa glauca, es un conífero persistente perteneciente a la familia de las pináceas. Es originario de Canadá. En su entorno natural, crece lentamente, presenta un porte bastante variable según su hábitat, pero generalmente cónico o piramidal con una base ancha. Este árbol puede alcanzar una altura de 25 m. Esta especie se utiliza tradicionalmente para la fabricación de papel. Puede vivir durante muchos años (200 años o más).

La variedad Biesenthaler Frühling, derivada de esta especie, es una forma enana de porte compacto, estrecho, cónico y erguido. Lentamente, después de 10 años de cultivo, alcanza una altura de solo 80 a 100 cm por 55 cm de ancho, a veces más en climas frescos y húmedos. En su madurez, alcanzará 2 m de altura por 1 m de ancho. Produce ramas cortas, ascendentes y muy densas, escalonadas y jerarquizadas, cubiertas de agujas cortas y cuadrangulares dispuestas en pinceles, muy puntiagudas y aromáticas (olor a resina acre). Están cubiertas de una cera blanca. Sus jóvenes brotes primaverales son de un deslumbrante amarillo crema muy luminoso, luego su follaje adquiere un tono un poco apagado, uniformemente verde grisáceo medio, variable según las plantas. En invierno, debido al frío, las agujas adquieren un aspecto más azulado. El sistema radicular de las píceas blancas es superficial, muy ramificado y rastrero, lo que las hace difíciles de trasplantar cuando son adultas y particularmente sensibles al viento. En cambio, una planta cultivada en contenedor se adaptará rápidamente al terreno.

La Pícea blanca Biesenthaler Frühling, con su porte perfecto, su desarrollo reducido, también es una planta sin mantenimiento, fácil de cultivar, ideal para rocallas, terrazas o para la plantación aislada. Se adapta bien a diversas situaciones, en muchos climas, siempre que el suelo sea drenado, profundo y no demasiado calcáreo. Esta planta combina bien con grandes piedras, líneas geométricas y estructuras de albañilería. Se asocia con otros coníferos de follaje colorido y diferente forma para crear contrastes, como los coníferos enanos de porte rastrero como el Juniperus horizontalis Blue Chip, globulares como el Picea abies Little Gem o columnares como el Juniperus communis Sentinel. Las cualidades gráficas de los coníferos se destacan naturalmente en un jardín contemporáneo, que resalta las formas, siluetas y texturas en lugar del vaivén de las floraciones. Estas plantas con una permanencia reconfortante estructuran un macizo, marcan los senderos o la esquina de una terraza. Se combinan bien con brezos o plantas cubresuelos persistentes como los evónimos rastreros, las cerastis, algunos cotoneasters, así como con arbustos de flores blancas como el exochorda o el serbal. ¡Todo es jugar con los volúmenes y los colores!