Picea glauca Zuckerhut - Pícea blanca

El Picea glauca 'Zuckerhut' es una variedad enana de Pícea blanca que forma naturalmente un cono muy gráfico. Su follaje muy denso, compuesto por acículas cortas y erectas, evoluciona a lo largo de la temporada, pasando de un verde muy tierno en primavera a adoptar luego un color más oscuro en verano. De crecimiento muy lento, este conífero resulta un excelente sujeto para rocallas, siempre que el suelo no sea demasiado seco. Aprecia el sol y un suelo más bien neutro o ligeramente ácido.

El Picea glauca, también conocido como Pícea blanca, Epicea blanco o Epicea glauque, es un conífero persistente perteneciente a la familia de las Pináceas, originario de Canadá. En su entorno natural, crece lentamente, presenta un porte bastante variable según su hábitat, pero generalmente cónico o piramidal con base ancha. Este árbol puede alcanzar los 25 m de altura. Tradicionalmente, esta especie se utiliza para la fabricación de papel. Puede vivir muchas décadas (200 años o más).

La variedad 'Zuckerhut', derivada de esta especie, es un cultivar alemán bastante reciente (finales de los años 80) de un vivero en la región de Pinneberg, en Schleswig-Holstein. Esta zona al norte de Hamburgo alberga una de las mayores concentraciones de viveros en Europa, y el clima y los suelos son particularmente propicios para el cultivo de coníferas. Se trata de una forma enana con un crecimiento particularmente lento, alrededor de 5 cm por año. Su nombre alemán, que significa "pan de azúcar", refleja bien su original forma cónica casi perfecta. En 10 años, alcanzará solo 1 m de altura para llegar a 1,50 m en su madurez, con un ancho de 60 a 70 cm. En primavera, el surgimiento de sus brotes jóvenes de verde tierno constituye un espectáculo encantador. Luego se oscurecen durante el verano, formando un arbusto con una masa vegetal muy densa y estéticamente atractiva.
El sistema radicular de las píceas blancas es superficial, muy ramificado y de raíces extendidas, lo que las hace difíciles de trasplantar cuando son adultas y bastante sensibles al viento. Sin embargo, esta especie no es en absoluto sensible al frío, pudiendo soportar sin problemas hasta -35 °C y menos.

La Pícea blanca 'Zuckerhut', con su crecimiento muy lento y su desarrollo limitado, es un sujeto perfecto para rocallas. Esta planta de porte cónico marcado combina bien con grandes piedras, líneas geométricas y estructuras de albañilería. Se puede asociar con coníferas enanas globulares o rastreras y/o de colores. El Pinus mugo mughus, con sus largas acículas y porte rastrero, será un buen compañero, al igual que el Pinus strobus Minima con acículas finas de un verde amarillento muy diferente a las de nuestra Pícea enana. El Thujopsis dolobrata Solar Flare, que forma un cojín enano amarillo con hojas curiosas que evocan ciertos helechos, creará un punto de color claro bien contrastado plantado delante de 'Zuckerhut'. Las verdaderas cualidades gráficas de los coníferos se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere la estética de las formas, las siluetas y las texturas a la danza de las floraciones. Estas plantas con su permanencia tranquilizadora estructuran duraderamente un macizo, marcan los senderos, bordean la terraza... Se asocian bien con brezos o plantas cubresuelos como las aubriete, ceras, salvia arbustiva, así como con arbustos con flores. Lo importante es jugar con los volúmenes y los colores.