Picea pungens Thuem - Pícea de Colorado

El Picea pungens 'Thuem', a veces llamado Picea pungens 'Glauca compacta', es una forma enana del Pícea de Colorado particularmente ornamental. Se desarrolla en un cono redondeado, ancho e irregular, y con el tiempo forma una masa lanuda, con follaje azul empolvado durante todo el año. Sus acículas gruesas están densamente implantadas alrededor de sus ramas cortas y rígidas, dispuestas horizontalmente. Su crecimiento lento al principio se acelera un poco con los años. Es adecuado para plantar en grandes rocallas, pero también en macizos o en macetas en la terraza. Le gusta el sol, en un suelo drenado, fresco con tendencia ácida.

Originario de la costa oeste de los Estados Unidos y de las Montañas Rocosas de América del Norte, hasta Canadá, el Picea pungens, también conocido como Pícea de Colorado o abeto azul, es un conífero persistente muy resistente perteneciente a la familia de las pináceas. En su entorno natural, crece lentamente, tiene un porte cónico elegante y muy regular, con ramas horizontales muy escalonadas. Este árbol puede alcanzar una altura de 25 a 40 m, tolera suelos calcáreos y cierta sequía.

La variedad 'Glauca compacta', derivada de esta especie, es un logro de 1979 que ha demostrado su valía. Es un bonito y entrañable conífera, con un porte un poco irregular, globular al principio, luego se eleva un poco para formar una pirámide de ramas escalonadas, un poco compacta, o un cono redondeado a veces coronado por una corta flecha. Su crecimiento es  lento, alcanzará con los años aproximadamente 2 m 50 de altura, y 2 m de envergadura en la base. Produce ramas cortas y gruesas, bastante escalonadas, cubiertas de acículas de 3 cm de largo, punzantes, dispuestas en densos y radiales cepillos alrededor de las ramas. Sus brotes jóvenes de primavera son de un azul claro glaseado de plata, y el follaje mantiene un hermoso tono azul empolvado durante todo el año. Su corteza escamosa, gris púrpura, resulta bastante decorativa.

El Pícea azul 'Thuem', por su excepcional follaje, su desarrollo reducido, sin mantenimiento y su facilidad de cultivo, es una planta perfecta para rocallas, terrazas o para plantar en el fondo de un macizo en jardines pequeños. Se encuentra bien en un clima fresco, siempre que el suelo esté drenado y la exposición sea soleada. Esta planta se combina bien con las piedras de los muros, las líneas geométricas de las piscinas y las estructuras de albañilería. Se puede colocar junto a un bosque de coníferas de follaje verde oscuro y combinarlo con anuales de primavera o verano, que realzarán su follaje. Las evidentes cualidades gráficas de los coníferas se imponen naturalmente en la creación de un jardín contemporáneo, que privilegia el esteticismo de las formas, siluetas y texturas sobre el vaivén de las floraciones. Estas plantas con una permanencia tranquilizadora estructuran duraderamente un macizo, marcan los senderos, realzan la terraza, sustituyendo la fuerte presencia del boj recortado o del acebo. Se combinan bien con brezos, artemisas o salvia arbustiva, o también con plantas cubresuelos como aubrietas, cerastium, así como con gramíneas de temperamento muy complementario. Lo importante es jugar con los volúmenes y los colores.