Pino blanco japonés Glauca - Pinus parviflora

El Pinus parviflora 'Glauca' es una forma muy hermosa con una silueta retorcida y follaje gris-azul del Pino blanco japonés. De crecimiento lento y de estatura media, solo adoptará su característica forma cónica y irregular después de muchos años. También es apreciado por la belleza de su follaje en agujas fuertemente retorcidas que forman como cepillos gris-azul en sus ramas cortas. Esta variedad será capaz, desde joven, de producir conos colgantes y decorativos que persistirán durante mucho tiempo en la planta. Este conífero merece un lugar destacado en el jardín, como ejemplar aislado.Poco exigente y muy frugal, prefiere el sol y los suelos drenados, pero se adapta a suelos mediocres y tolera bastante bien la sequía una vez establecido.

El Pinus parviflora, también conocido como Pino blanco japonés o Pino de Weymouth, es una planta de la familia de las pináceas originaria de bosques situados en altitudes entre 1300 y 1800 m en las islas japonesas. En su entorno natural, esta especie supera los 20 m de altura y presenta un porte piramidal, a menudo tan ancho como alto, con una corona densa de forma cónica. Apreciado por su madera en Japón, esta elegante especie ha dado lugar a formas muy bellas, a menudo guiadas en bonsáis.

Descubierta en Alemania en 1909, la variedad 'Glauca', derivada de esta especie, se distingue por su desarrollo más modesto, su hermoso follaje con reflejos azul plateado y su porte singular. Este pequeño árbol tiene una silueta esbelta durante sus primeros años. Con el tiempo, desarrolla un porte extendido y asimétrico: su corona un poco retorcida es semiabierta. Su crecimiento es lento, por lo que a los 20 años, no superará los 6,50 m de altura en promedio por 4 m de envergadura. El tronco está cubierto de una corteza lisa de color gris violáceo, que se oscurece y se desprende con los años. Las ramas son cortas, de color marrón verdoso, a veces ligeramente peludas. En sus extremos llevan agujas de tamaño mediano que miden de 4 a 6 cm de largo. Son un poco curvadas, agrupadas en 5 y dispuestas en densos manojos, dispuestos en hélice. En primavera, los jóvenes brotes muestran un tono azul plateado, emergiendo de un follaje verde plateado más oscuro. Los reflejos que se perciben se deben a la presencia de líneas azules y plateadas sobre un fondo verde. Los ejemplares jóvenes ya florecen y producen conos verde azulados que se asemejan un poco a alcachofas largas muy apretadas. Son solitarios o reunidos en pequeños grupos, colgantes, suspendidos de un pedúnculo.

Los Pinos blancos del Japón son injustamente desconocidos por los jardineros: su cultivo no presenta dificultades, son resistentes al frío, toleran cierta sequía y son muy adaptables en cuanto al suelo siempre que esté bien drenado. El Pinus parviflora Glauca encontrará su lugar en todos los jardines, del norte al sur de nuestro país, ya que sus orígenes japoneses no le impiden prosperar bajo climas muy diferentes. Este pequeño árbol atemporal se verá bien aislado y también animará con majestuosidad un jardín de tamaño mediano. Con su desarrollo moderado y su silueta muy japonesa, formará sin duda un sujeto magnífico en un jardín japonés. Combina bien con grandes piedras, las líneas geométricas de las piscinas y las estructuras de albañilería. Se puede asociar con bambúes y con las hierbas del Japón Hakonechloa macra, en un espíritu muy 'zen'. Las verdaderas cualidades gráficas de los coníferos se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere el esteticismo de las formas, las siluetas y las texturas a la danza de las floraciones. Estas plantas con una permanencia tranquilizadora estructuran un macizo, marcan los senderos, valorizan el jardín en invierno. El truco está en jugar con los volúmenes y los colores.