Pino negro Ophir - Pinus mugo

El Pino negro 'Ophir' es una forma enana del Pinus mugo, y ciertamente la variedad que muestra el crecimiento más lento. Con el tiempo forma una bola compacta, con ramas densas cubiertas de agujas cortas, de un verde claro brillante que se torna amarillo dorado a veces anaranjado durante el invierno, aún más intenso cuando está expuesto al sol. Original, luminoso y muy ornamental, encontrará su lugar en un macizo, aislado, en una rocalla y se adaptará bien al cultivo en maceta. Esta variedad también es ideal para el arte del bonsái. Es un conífero muy rústico, poco exigente, que no necesita poda. Se conforma con un suelo ordinario no muy seco y una exposición bien soleada.

El Pinus mugo, también conocido como pino de montaña, es un conífero persistente de la familia de las pináceas endémico de las montañas de Europa. Se encuentra en el piso subalpino, evitando el calor del verano, desde las sierras españolas, pasando por los altos macizos alpinos y pirenaicos, hasta los Balcanes. Solo desciende a una altitud de 200 m en Europa central. En la naturaleza, crece lentamente hasta 3 a 4 metros en todas direcciones, adoptando una silueta despeinada que refleja su hábitat ventoso. Es una especie muy resistente, muy bien adaptada al clima de montaña.

La variedad 'Ophir' se distingue de la especie salvaje por su tamaño reducido, su porte muy compacto en un arbusto redondeado y su magnífico follaje, dorado en invierno . Su crecimiento es muy lento, del orden de 3 a 4 cm por año. Un ejemplar de 10 años no superará los 50 cm en todas direcciones. Con el tiempo, formará un arbusto de 1 m en todas direcciones. Sus ramas rígidas y cortas están cubiertas de agujas finas, de 3 a 6 cm de largo, agrupadas de 2 en 2 y dispuestas en pinceles. Los jóvenes brotes, muy decorativos por su tono rojo claro a rosado, emergen en primavera de yemas marrones claras y resinosas. En su tronco, la corteza es marrón grisácea, mientras que en las ramas muestra un tono verde y brillante, luego negro.

El Pino de montaña 'Ophir' encontrará su lugar en todos los jardines, incluso los más pequeños, plantado aislado, en un macizo o en una rocalla. También puede ser utilizado en una maceta grande en la terraza o el balcón, tratado como bonsái o dejado en forma libre. Destaca en un jardín japonés, y combina bien con grandes piedras, líneas geométricas de piscinas y estructuras de albañilería. Se puede asociar con gramíneas, muy complementarias, o con coníferas enanas de porte postrado (Juniperus horizontalis Blue Chip), globulares (Picea abies Little Gem) o columnares (Juniperus communis 'Sentinel'). Las verdaderas cualidades gráficas de las coníferas se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere el esteticismo de las formas, las siluetas y las texturas a la danza de las floraciones. Estas plantas con una presencia duradera estructuran de manera sostenible un macizo, marcan los pasillos, bordean la terraza, sustituyendo fácilmente la presencia fuerte del boj recortado o del acebo. Todo está en jugar con los volúmenes y los colores.