Rhapidophyllum hystrix

La Palmera aguja, en latín Rhapidophyllum hystrix, es una especie formidable de América del Norte, aún más rústica que su famoso primo el Trachycarpus fortunei, pero dependiente de suelos frescos e incluso encharcados. Esta sorprendente palmera que tolera bien la sombra se puede cultivar en suelo abierto en la mayoría de nuestras regiones, siempre y cuando no le falte agua. Formando un denso y bajo mechón de grandes hojas en abanico sostenidas por un estípite corto que permanece pegado al suelo, aporta un toque real de exotismo a cualquier macizo, y especialmente en los alrededores de puntos de agua. 

El Rhapidophyllum hystrix a veces es llamado Palmera puercoespín debido a las largas espinas negras, de las cuales hay que tener cuidado, que cubren sus pecíolos. Pertenece a la familia de las arecáceas. Es originario de los bosques húmedos de varios estados del sureste de los Estados Unidos: se encuentra en Florida, Georgia, Mississippi y Carolina del Norte, a veces creciendo en terrenos inundados. Esta palmera persistente, particularmente resistente, se adapta a todos los climas, ya sean fríos templados, subtropicales y secos, siempre que tenga un suelo fértil y constantemente húmedo.

Desde temprana edad, esta palmera cespitosa* muestra un porte tupido que mantendrá toda su vida, y sus hojas de un verde azulado con reverso gris plateado son muy elegantes. De crecimiento bastante rápido, alcanzará aproximadamente 3 m de altura y 2,50 m de envergadura a los 10 años, en suelo abierto. Su vegetación está compuesta por un falso tronco (estípite) muy corto, a menudo postrado, que no supera 1 m de altura y 20 cm de diámetro, *capaz de producir retoños con la edad. Está cubierto de fibras marrones de las cuales emergen largas espinas de color oscuro, vestigios de los antiguos pecíolos que persisten mucho tiempo en la planta después de la caída de las hojas. En la parte superior de este estípite se desarrolla una corona con aproximadamente 15 hojas palmadas de 1 m a 1,20 m de ancho, divididas en 20 a 25 segmentos rígidos y coriáceos.  Esta palmera tiene individuos masculinos e individuos femeninos, cuyas inflorescencias son muy cortas. Las flores, de pequeño tamaño, están compuestas por 3 pétalos de color rojo oscuro. Los frutos, llevados por las plantas femeninas, miden 1 cm de diámetro, son de color marrón oscuro y están cubiertos de polvillo. A menudo se enredan en las fibras del estípite y las espinas, en la base de la corona. La semilla, muy dura, de color crema, germina difícilmente, lo que puede explicar su relativa rareza en cultivo.

Esta palmera aguja es, junto con el Chamaerops humilis, una de las más fáciles de aclimatar en muchas de nuestras regiones, especialmente en climas fríos y húmedos. En suelo abierto, se colocará aislada, en el borde de un punto de agua o cerca de una piscina, por ejemplo, junto a Tetrapanax Rex, de bananiers, o de cannas, en un entorno de inspiración exótica. Un poco difícil de combinar debido a su fuerte personalidad, sin embargo, se puede plantar en una exposición semisombreada en grupos de 3 ejemplares y rodearlo de un tapiz de Petasites fragrans o de Farfugium japonicum, por ejemplo. Un jardín contemporáneo lo adoptará sobre una marea de guijarros blancos. Será un magnífico ejemplar en la terraza o el balcón, plantado en una gran maceta elegida con cuidado, en un suelo mantenido húmedo.