Livistona mariae - Livistona roja

El Livistona mariae a veces llamado palmier éventail o también palmier chou d'Australie, se destaca entre los demás representantes del género Livistona por su coloración rojiza intensa, casi metálica, visible únicamente en el follaje de los sujetos jóvenes. Una característica que lo convierte en una planta de interior muy codiciada por los coleccionistas que no pueden acoger esta especie bastante sensible al frío en sus jardines. Un ejemplar adulto, cuando se planta en suelo firme, no carece de presencia: apoyado en un estípite más robusto que el de otros livistona, rectilíneo, lleva una elegante corona de hojas ligeramente colgantes en forma de abanico, brillantes en el haz, casi blancas en el envés.  Poco exigente en cuanto al suelo, esta especie muy hermosa aprecia el sol, el calor y resiste bien a la falta de agua una vez establecida.

El Livistona mariae es originario de una región muy pequeña situada en el centro del Territorio del Norte australiano. Esta especie reliquia, probablemente muy antigua, era sin duda mucho más común en una época en la que el clima era más húmedo. Actualmente está confinada en una zona desértica llamada  la Palm Valley, donde se mantiene a lo largo del lecho de un río que suele estar seco. Solo sobrevive allí debido a la presencia de aguas subterráneas, que su sistema radicular desarrollado logra alcanzar. La resistencia al frío de una planta adulta se evalúa en -6°C durante períodos breves. En la naturaleza, la planta alcanza aproximadamente 20m de altura por 9m de envergadura. Bajo nuestros climas lo suficientemente suaves para acogerlo en suelo firme, mantendrá dimensiones más modestas, alrededor de 15m de altura. Si es cultivado en maceta, prácticamente no desarrollará tronco y probablemente no superará los 2m de altura por 1.50m de ancho. Como todos los palmeras, este Livistona pertenece a la familia de las arecáceas.

Este Livistona mariae muestra un crecimiento lento, un poco más rápido en suelo fresco. Desarrolla un estípite único, dilatado en la base, de color grisáceo, fisurado verticalmente, cubierto de anillos que son cicatrices foliares y, en su parte basal, de vestigios de antiguos pecíolos. La base de los pecíolos se transforma poco a poco en una especie de fieltro grueso, de color crema, que rodea el estípite. En el extremo de este estípite se desarrolla una corona compuesta por hojas llamadas costapalmadas, en abanico. Son casi circulares, ligeramente onduladas, y miden de 1,50m a 2,50m de diámetro. Su color es un verde grisáceo lustroso en el haz, el envés está recubierto de una película cerosa que le confiere un tono muy claro. Cada hoja está dividida en su extremo en 50 a 80 segmentos delgados y rígidos, a su vez subdivididos en dos subsegmentos más o menos colgantes. El largo pecíolo que une la lámina foliar al estípite es más o menos arqueado o erecto, mide de 1.5m a 2.20m de largo, y presenta un color verde amarillento. La mitad inferior de cada pecíolo está provista de espinas de color marrón rojizo. La floración tiene lugar en verano, en sujetos adultos y en clima favorable. Se presenta en forma de largas inflorescencias fuertemente ramificadas que nacen entre las hojas. Miden de 1 a 2m de longitud y son de color blanco crema a amarillento. Tras la polinización se forman frutos redondos, de 1,2 a 1,6cm de diámetro, cuyo color va del verde al rojo y luego al negro en la madurez. Cada uno contiene solo una semilla redonda. 

Esta palmera puede ser plantada en suelo firme en jardines soleados y cálidos de la costa atlántica o mediterránea, resguardada del viento, en los lugares más protegidos. Merece un lugar destacado, aislada en un césped, o frente a un gran conjunto arbustivo que la proteja del viento. Plantada en una maceta grande o un recipiente, forma una planta verde magnífica, de un rojo impactante cuando es joven, que adornará de manera única la terraza o el balcón en la temporada cálida, luego la veranda y el invernadero templado en invierno. A veces es difícil de combinar, debido a su fuerte personalidad: resérvela en un ángulo de una piscina y asóciela, por ejemplo, con bambúes Fargesia, Phormium, gráficos, sobrios y coloridos, Cordilines, y al Hakonechloa macra Aureola, un cubresuelos fácil de cuidar, de un hermoso naranja en otoño.