Pritchardia hillebrandii - Palmera

El Pritchardia hillebrandii, también conocido como palmera de Hawái, es una planta tropical hermosa, apreciada por los aficionados por la nobleza de su porte y la belleza de sus grandes hojas en abanico, a las cuales una capa de cera plateada les confiere un magnífico reflejo sedoso.  Poco rústica, esta palmera resulta sin embargo fácil de cultivar en una maceta grande, lo que permite protegerla de las heladas en invierno. Solo puede ser cultivada en suelo en los jardines más resguardados de la costa mediterránea o atlántica. Es una opción ideal para decorar la terraza acristalada o una habitación grande y poco calefaccionada en invierno.

El Pritchardia hillebrandii pertenece a la familia de las arecáceas. Es endémico de la isla hawaiana de Molokai, donde se cree que está extinto. Esta especie de clima tropical húmedo perece por debajo de los -2 o -3°C, pero se adapta bien al cultivo en interior siempre que las temperaturas invernales oscilen entre 10 y 15°C. Las plantas jóvenes tardan un poco en establecerse, luego su crecimiento se acelera. La coloración azulada de las hojas solo se observa en ejemplares de varios años. En suelo, el Pritchardia hillebrandii puede alcanzar más de 8 m de altura, pero no superará los 2 m en todas direcciones si se cultiva en maceta y en interior o invernadero.

La Palmera de Hawái desarrolla un tronco único, llamado estípite, casi sin cicatrices foliares, bastante delgado y de color gris claro. En el extremo de este estípite crece una hermosa corona foliar compuesta por grandes hojas casi circulares, llamadas costapalmadas, en forma de abanico. Su borde está dividido en un gran número de segmentos coriáceos, rígidos y erectos. Una planta adulta producirá de 6 a 8 hojas al año, cada una pudiendo medir hasta 1,80 m de longitud una vez completamente desplegada. Su color va desde verde claro a verde oscuro, pero están cubiertas de una capa cerosa que les confiere un hermoso tono verde azulado. Los pecíolos que sostienen las hojas así como las nervaduras carecen de espinas, pero están cubiertos de una pelusa lanosa blanquecina. La vaina que rodea la base de cada hoja se descompone en una masa fibrosa. La floración ocurre en verano, en plantas maduras de 10 a 15 años, y en condiciones de cultivo favorables. Se presenta en forma de inflorescencias arqueadas, más largas que las hojas, llevando numerosas flores pequeñas y perfumadas de color amarillento. Tras la polinización se forman pequeños frutos globulares de 1,2 cm de diámetro, que se vuelven negros al madurar. Cada uno contiene una semilla que germinará fácilmente en maceta en un ambiente tropical, cálido y húmedo.

El Pritchardia es una planta de arquitectura que destacará en la terraza acristalada, en el invernadero templado o en una habitación muy luminosa y poco calefaccionada. Se adapta bien al cultivo en maceta y se puede sacar a la terraza o balcón de mayo a septiembre. Como todas las palmeras, es difícil de combinar debido a su fuerte personalidad: resérvele un rincón de la piscina o un buen lugar en la terraza, exponiéndola inicialmente a media sombra para que se acostumbre progresivamente al sol. Rodeela de  Phormium, gráficos, sobrios y coloridos, de magueyes precisos y geométricos, o de Cordilines por ejemplo.