Allium flavum - Ajo decorativo

El Allium flavum, comúnmente conocido como ajo amarillo, es un ajo ornamental silvestre que aún se encuentra a veces en Provenza, al sur de los Alpes, en el Macizo Central y hasta en el bosque de Fontainebleau. Esta especie, que se ha vuelto rara, se caracteriza por su porte bajo y sus umbelas similares a pequeños fuegos artificiales amarillo dorado, que se mecen al viento. Es una planta de rocalla o de macizos muy bien drenados que soporta tanto el frío como los veranos muy secos. Muy fiel si se cumplen las condiciones, el ajo amarillo se naturalizará en el jardín y volverá cada año.

El Allium flavum pertenece, al igual que todos los ajos ornamentales, a la familia de las liliáceas. Es una planta vivaz por su bulbo, de origen mediterráneo, espontánea en Francia pero también presente en España, en Italia, en Europa del este y central, hasta el Cáucaso. Su hábitat preferido está compuesto por prados secos, terrenos áridos, rocosos o arenosos, generalmente calcáreos. Alcanzando los 40 a 50 cm de altura en flor, el ajo amarillo produce algunas hojas caducas, lanceoladas, planas, delgadas, carnosas, de color verde glauco, que desaparecen antes de la floración. De junio a agosto aparecen varias tallos florales. Cada uno lleva una inflorescencia de 3.5 cm de diámetro. La umbela está compuesta por pequeñas flores amarillas y brillantes, en forma de campanitas colgantes con estambres prominentes, sostenidas por largos pedicelos también amarillos. 

Utiliza esta especie original en rocallas, agrupando los bulbos en un macizo sobre gravilla o en maceta. Lo importante es que el suelo permanezca seco en verano y no demasiado húmedo en invierno. Asócialo con vivaces de terreno seco como Stipa, geranios perennes sanguineum, claveles gratianopolitanus, santolinas y oréganos para una decoración que evocará los matorrales mediterráneos. Este pequeño ajo amarillo también puede acompañar a agapantos azules de pequeño tamaño