Allium karataviense - Ajo decorativo

El Allium karataviense, también conocido como Ajo decorativo del Turkestán, nativo de las montañas de Karatau en Kazajistán, es una atractiva, robusta y resistente especie botánica que florece en primavera. Se le reconoce por sus grandes cabezas de flores globulosas de tonos pastel llevadas por tallos rechonchos que emergen de hojas muy hermosas con reflejos gris-azulados. La planta entra en reposo en verano. Este ajo ornamental, no muy alto pero bastante espectacular, se sentirá a gusto en un borde o en una rocalla soleada entre plantas bajas, plantado en una tierra muy bien drenada, incluso calcárea y seca en verano.

El ajo del Turkestán es originario de Asia Central, donde crece en la montaña, generalmente en pedregales calcáreos. Esta planta pertenece a la familia de las liliáceas (aliáceas) y se desarrolla a partir de un bulbo único, redondo y un poco aplanado, que con los años puede alcanzar los 10 cm de diámetro. Su resistencia al frío es excelente (-20 °C y más frío) y tolera muy bien los suelos calcáreos y bastante secos en verano. Las inflorescencias, situadas a 25 cm del suelo, son umbelas esféricas densas que miden 6 a 7 cm de diámetro. Están formadas por numerosas flores en forma de estrella con 6 pétalos, cuyo color es una mezcla muy suave de blanco, crema y lila. Después de la polinización por los insectos libadores, se forman semillas negras decorativas. Esta floración, ligeramente perfumada, es llevada por tallos gruesos y rechonchos, entre mayo y junio, a finales de abril en nuestras regiones templadas. El follaje, que se asemeja a un cuerno, emerge del suelo hacia finales de marzo, más o menos temprano según las regiones. Está compuesto por 2 a 5 hojas que miden de 5 a 12 cm de ancho, dispuestas en roseta. Son gruesas, violáceas en el reverso y cubiertas de un polvillo que les confiere un refinado color gris-azulado. A veces están teñidas de púrpura. El follaje amarillea y desaparece justo después de la floración, generalmente a finales de junio, lo que es una buena adaptación a las condiciones estivales calurosas y secas.

Fácil de cultivar, original, el Allium karataviense aprecia todo tipo de suelos frescos en primavera, pero siempre bien drenados y en situación soleada. Utilizado para dar un toque poco común a los bordillos y rocallas, se adapta muy bien al cultivo en macetas, lo que permite disfrutar de su hermosa floración en un balcón o terraza. Plántelo en grupos de 5 que colocará entre vivaces bajas (menta de gato 'Kit Cat', aubrietas, geranios vivaces, lavandas, clavel cubresuelos...).