Crocus Jeanne D'Arc

El Croco 'Jeanne D'Arc' es una variedad de grandes flores conocida como "mamut", particularmente luminosa y fácil de cultivar; es el único croco blanco de grandes flores que ha sobrevivido entre decenas de obtenciones de este color que aún se cultiva y comercializa en la actualidad. Es una variedad antigua que sigue cautivando con sus grandes flores blancas puras, diáfanas, abiertas sobre un pequeño ramillete de estambres anaranjados. Florecen en febrero-marzo, justo a tiempo para perforar la grisura del invierno en céspedes, rocallas y jardineras.

El croco Jeanne D'Arc es una variedad que data de los años 1940, proveniente del Crocus vernus, el croco de primavera, una planta vivaz de cormo de la familia de las iridáceas. Al igual que muchos híbridos hortícolas de floración primaveral, esta variedad produce flores de gran tamaño. La especie en sí es originaria de Europa central y oriental, y, como tal, es extremadamente resistente. 'Jeanne D'Arc' forma un manojo de hojas lineales verde oscuro con una mediana blanca, de donde emergen en febrero-marzo flores solitarias que nacen de una espata blanquecina, de unos diez centímetros de altura. En cada corola blanca, se transparentan algunas venas apenas violáceas. Las flores se cierran por la noche y en mal tiempo para abrirse ampliamente al sol, revelando unos estambres anaranjados brillantes muy llamativos.

Los crocos son estrellas indiscutibles, ya que son las primeras sonrisas de la primavera. 'Jeanne D'Arc' es una robusta variedad "mamut" que toma el relevo de la floración de los crocos chrysanthus, por ejemplo. Cuando se planta en grupos grandes, forma magníficos mantos nevados en los céspedes y despierta las rocallas. También se cultiva muy bien en macetas o jardineras, para alegrar los balcones. Los crocos prefieren permanecer en su lugar donde se naturalizan fácilmente para crecer cada año más. Solo es necesario no eliminar las hojas antes de que se marchiten, ya que a través de ellas reconstituye sus reservas después de la floración. También existen crocos de floración otoñal, como el azafrán o los cólquicos, igualmente encantadores y fáciles de cultivar.