Fritillaria michailovskyi

La Fritillaria michailovskyi es una ajedrezada pequeña nativa de las regiones montañosas del noreste de Turquía apreciada por su inusual floración primaveral, compuesta por campanas inclinadas de color caoba bordeado de amarillo. Para tener éxito en el cultivo de este bulbo sorprendente, es importante ofrecerle condiciones similares a las que encuentra en su entorno natural. Se debe plantar en una rocalla soleada protegida de la humedad excesiva en invierno. El cultivo en macetas permite gestionar fácilmente la humedad y protegerlo de las fuertes heladas.

La Fritillaria michailovskyi pertenece a la familia de las liliáceas. Esta especie que crece en Turquía en escombreras y laderas pedregosas cerca de las primeras nieves es relativamente resistente (-10 a -15°C) y tolera bien el suelo calcáreo. Sin embargo, un clima demasiado árido en verano o muy húmedo en invierno no le conviene. Es una planta bulbosa perenne, caducifolia, que entra en reposo invernal en un suelo seco. La vegetación emerge en primavera, con hojas erectas, de un verde medio ligeramente azulado, lineales, de 5 a 9 cm de largo. La altura de esta fritillaria puede alcanzar 15 a 20 cm cuando está en flor. La floración ocurre en abril-mayo. Los tallos florales llevan 1 a 4 flores colgantes, brillantes, con forma de campanitas, de color caoba bordeado de amarillo. La vegetación se seca poco después de la floración, mientras que el bulbo entra en dormancia. En esta época del año, un exceso de humedad hará que el bulbo se pudra.

Esta ajedrezada michailovskyi requiere un suelo que se mantenga un poco húmedo de primavera a verano, pero debe estar protegida de la humedad invernal con un lienzo de protección o acolchado. En un clima favorable, florece en bordillos soleados, en la rocalla o en un macizo sobre grava. Plante en grupo. También es una bonita planta para cultivar en macetas en la terraza o balcón.