Jacinto Red Diamond - Jacinto fragante

La Hyacinthus orientalis 'Red Diamond' es un jacinto híbrido que seducirá por el color rojo-rosado intenso y el suave aroma de sus flores dobles. Sus flores estrelladas triangulares componen una espiga bien provista que permanecerá florecida durante 2 o 3 semanas. Un poco esquivo, el voluptuoso y muy floral aroma de los jacintos planea sobre el jardín en tiempo tranquilo y cálido. Se eleva desde el suelo como una bruma, pareciendo venir de la nada.

Si casi no se cultiva más el Jacinto de Oriente, esta especie originaria de Oriente Medio y regiones mediterráneas ha dado lugar a innumerables cultivares muy apreciados en los jardines por su deliciosa floración primaveral o en floristería por su capacidad para el forzado. Se encuentra esta especie botánica, bien adaptada a los suelos secos en verano, naturalizada en Francia en Bouches-du-Rhône, Var, Alpes-Marítimos y Lot-et-Garonne. Los jacintos pertenecen a la familia de las hyacinthacées o asparagacées según las clasificaciones.

El jacinto 'Red Diamond' posee un bulbo grande y ovalado, en el cual se almacenan sus reservas. En primavera emite un manojo de hojas en forma de cinta de un verde brillante muy vivo. Luego emerge, en marzo-abril, un tallo floral robusto, de 20-25 cm, que lleva numerosas flores dobles, estrelladas, apretadas unas contra otras, de una sustancia gruesa y translúcida, cuyo color es intermedio entre el rosa oscuro y el rojo. Exhalan un aroma suave. El follaje es caduco en verano; reaparece a finales de invierno.

Entre las floraciones tempranas, el jacinto es uno de los pocos bulbos con grandes flores. Resérvele un lugar destacado en el jardín, no muy lejos de la entrada de la casa o la terraza para disfrutar de su aroma en cada paso. Además de su aroma, aportará manchas de color espectaculares en sus parterres, entre las euforbias o las alquimilas de un verde muy primaveral. Se pueden combinar fácilmente los jacintos con otros bulbos tempranos como los Chionodoxas, Ipheions, crocos híbridos o los Tulipanes humilis tempranos. Sus flores son comestibles, crudas o cocidas, y revelan una textura un poco mucilaginosa. Según los gustos, se pueden cristalizar con azúcar o incorporar a ensaladas de frutas. Antiguamente, constituían un manjar de elección que se podía encontrar bajo el nombre de « confit de jacintos de Constantinopla ».