Crocosmia masoniorum Lucifer

El Crocosmia Lucifer, también conocido como Chispa, debe su nombre a la intensidad de sus flores rojas, que aparecen en abundancia en tallos florales flexibles y altos de casi un metro, agrupados en espigas horizontales. Esta variedad es la más conocida de todas, ya que esta verdadera estrella de los parterres estivales forma matas robustas y florece durante mucho tiempo en suelos ligeros y frescos. Fácil de cultivar, es perfecta en climas suaves, se cultiva en suelos ligeros, no encharcados.

El Crocosmia Lucifer es un excelente logro hortícola inglés nacido en 1966, del cruce entre el Crocosmia masoniorum, una magnífica especie silvestre originaria de las zonas montañosas de Sudáfrica, y el C. paniculata, una planta de zonas inundadas caracterizada por su gran tamaño. Su facilidad de cultivo y su floración extraordinaria siguen siendo una referencia y hacen de esta variedad la más plantada en los jardines. Se trata de una planta bulbosa herbácea que lentamente forma matas de 1 m de altura en flor, y de al menos 20 cm de ancho. Sus hojas, caducas, gruesas y rígidas, tienen forma de lanza y están plisadas longitudinalmente. Miden aproximadamente de 2.5 a 5 cm de ancho. El tallo floral emerge a principios de julio, doblando bajo el peso de las flores curiosamente dispuestas en "espina de pez" en 2 filas y erguidas hacia el cielo, de modo que la inflorescencia densa forma un bello arco vivamente coloreado. Las flores, de un rojo implacable, se presentan en forma de embudos formados por 6 tépalos extendidos. Miden hasta 4 cm de largo y 3 cm de ancho. Esta floración a menudo se extiende hasta septiembre.

Las Crocosmia son plantas originarias de Sudáfrica, siempre magníficas, pero no siempre muy resistentes. Sus colores brillantes, amarillo, naranja o rojo forman manchas de color muy alegres en los jardines. Son espléndidas en combinación con anuales o arbustos, y se adaptan bien a jardines naturales mezclados con vivaces como el Coreopsis 'Zagreb' (amarillo intenso), follajes plateados o gramíneas. Cuando se sienten a gusto en terreno abierto, como es particularmente el caso bajo el clima bretón, en exposición soleada y suelo drenado, se multiplican con los años y se vuelven cada vez más hermosas. También son excelentes plantas para tus ramos de flores.