Dalia decorativa Parasol

El Dalia decorativo Parasol nos presenta una hermosa flor amarilla, sencilla, cuyos pétalos tienen la delicadeza de estar adornados de rojo-marrón, como un ligero trazo de pincel muy difuminado. Este efecto es más pronunciado en el corazón de la flor. Semidobles, bien abiertas, las flores bastante pequeñas son llevadas por encima de la vegetación por tallos sólidos, de color oscuro. El espectáculo de esta floración viva y luminosa se renueva constantemente de julio hasta las heladas.

Los Dalias son plantas de tubérculos de la gran familia de las asteráceas, originarias inicialmente de las mesetas altas mexicanas. En la actualidad, las miles de variedades hortícolas obtenidas por el hombre han invadido, para nuestro mayor placer, los jardines de todo el mundo. Se clasifican las dalias según la forma de su flor. "Parasol" está clasificado en la categoría de los Dalias decorativos. En este grupo, las lígulas coloreadas del capítulo están dispuestas regularmente en espiral, pueden estar curvadas hacia el tallo o rizadas, por ejemplo. En esta variedad, los capítulos miden 14 cm de diámetro y sus lígulas son bastante grandes, estrechas, casi planas, dispuestas de forma suelta. La floración tiene lugar de julio a octubre-noviembre. La planta alcanza en promedio 1 m de altura, y 50 a 60 cm de ancho, con porte arbustivo y erecto. Los tallos muy ramificados son huecos y las hojas son opuestas, pinnatisectas, es decir, se dividen en 3 o 5 foliolos, los cuales forman lóbulos muy dentados. Las hojas son de un verde bastante oscuro y los tallos, particularmente sólidos, más o menos teñidos de púrpura.

Para favorecer nuevas floraciones y extender el período de floración, asegúrese de cortar las flores marchitas. Aún mejor, componga regularmente seductores ramos coloridos combinando diversas variedades. Las Dalias decorativas se combinan bien con chispas, salvias por ejemplo, que aligeran su generosa silueta. Las alegres flores de Parasol también permiten numerosas combinaciones en arreglos florales. La estatura media de esta variedad la destina al centro de los macizos de flores, para estructurar un conjunto compuesto por arbustos de follajes púrpuras en contraste como el Cotinus y el Tipa y plantas más bajas. La floración de las equináceas es perfecta como acompañamiento de la de las Dahlias, tienen lugar simultáneamente. Considere también las gramíneas doradas como las Eulalias, Pánicos o Miscanthus que adquieren bonitos tonos en otoño.

Planta estrella de los pequeños jardínes amurallados, las Dahlias son sin duda hermosas flores, son impecables en macizos de flores, pero también pueden embellecer el huerto. En México, este tubérculo fue inicialmente cultivado como hortaliza para ser consumida. Sus pobres cualidades gustativas rápidamente la relegaron a planta ornamental. Desde entonces, el interés por su bella exuberancia nunca ha disminuido.