Dalia decorativa Saint Martin

La Dalia decorativa 'Saint Martin' es fácil de cultivar en todas las regiones. Aquí tienes algunas reglas simples a seguir para disfrutar de su hermosa y generosa floración. Planta los tubérculos al sol después de las últimas heladas. Un suelo rico, fresco y bien drenado será muy apreciado. Evita cualquier humedad estancada que favorezca la pudrición de los tubérculos. Mejora tu suelo con compost (si es pobre) y con arena (para el drenaje) si es necesario. Trabaja la tierra en profundidad y enriquécela con cuerno triturado o sangre deshidratada, a elección. Coloca tu tubérculo y desmenuza bien la tierra alrededor para tapar posibles bolsas de aire. Tu dalia debe estar cubierta con aproximadamente 6 cm de tierra. Riega abundantemente al plantar y luego regularmente durante las seis primeras semanas para ayudar en el enraizamiento.

Las dalias son sensibles al frío, por lo que es necesario invernarlas. En noviembre, las primeras heladas hacen ennegrecer el follaje, es el momento de arrancarlas. Desentierra los tubérculos con cuidado. Elimina la mayor cantidad de tierra posible. Deja secar el follaje para que los tubérculos reconstituyan sus reservas. Luego corta los tallos a 10 cm. Extiende tus tubérculos en una caja sobre papel de periódico. Almacénalos lejos del frío en un lugar seco, fresco y oscuro, como por ejemplo un garaje sin heladas o un desván. En las regiones del sur, cercanas a la costa, que apenas experimentan días de heladas al año, es posible dejarlas en su lugar. En este caso, simplemente cubre el suelo con un grueso mantillo (hojas, paja…).

Pellizca tempranamente los tallos (desde la 3ᵃ o 4ᵃ semana después de la plantación) para hacer que tu dalia sea más compacta y ramificada, y por lo tanto más resistente a las inclemencias del tiempo (viento, lluvia). Para ello, corta con tus uñas los retoños terminales justo por encima de las hojas anteriores. De lo contrario, siempre queda la opción de usar tutores, aunque estéticamente no sea la mejor elección.

Las babosas y caracoles son muy aficionados a estos brotes jóvenes. ¡Protégelos!