Crocus serotinus subsp. salzmannii

El Croco serotinus subsp. salzmannii es una especie botánica con floración otoñal bastante rara en cultivo, que se naturaliza fácilmente en cualquier suelo drenado. Esta pequeña bulbosa produce una flor en forma de copa de un morado luminoso adornado con un pistilo amarillo anaranjado. Muy resistente, aporta, al igual que el azafrán y el colchico, una nota de color al jardín justo antes del invierno. Este croco se instala durante mucho tiempo en un césped o en una rocalla soleada.

El Croco serotinus subsp. salzmannii pertenece a la familia de las iridáceas. España y el norte de África son las cunas de esta planta, que se encuentra en pastizales magros, praderas de montaña, en claros de pinares o en los bordes de bosques de encinas. Su biotopo corresponde a entornos algo secos, a veces pedregosos. Esta subespecie salzmannii se distingue de otros C. serotinus por sus bulbos: presentan una túnica membranosa que se divide en fibras paralelas. Esta planta prefiere descansar en un suelo bastante seco en verano. La floración ocurre en octubre o principios de noviembre dependiendo del clima, a veces desde septiembre. El bulbo produce una o dos flores de 6 pétalos morados finamente venosos de violeta, de 3-4 cm de diámetro, llevadas por un tubo blanco. El corazón está ocupado por estambres y un estilo recortado de color amarillo anaranjado. Las flores se cierran por la noche y con mal tiempo para abrirse ampliamente al sol e incluso a media sombra. El follaje se desarrolla justo después de la floración, persiste en invierno y desaparece a principios de primavera. El bulbo produce 4 a 7 hojas finas y largas lineales de un verde oscuro brillante. Los 'bulbos' aquí son cormos. Un cormo es, en morfología vegetal, un órgano de reserva subterráneo con aspecto de bulbo, pero formado por un tallo hinchado rodeado por una túnica.

El Croco serotinus subsp. salzmannii lucirá maravillosamente en un césped donde se multiplicará año tras año. También se sentirá a gusto en el borde de un claro en el bosque o entre las piedras de una rocalla. Se planta también en el borde de un seto, al pie de árboles caducos como lila, seringa o cornejos, por ejemplo. Asocie los crocos de otoño con sus primaverales primos para disfrutar de varias floraciones en el año. Algunas ideas de asociación: con anémonas blandas, narcisos botánicos y ciclamenes. En medio del césped, elija muscari y violetas. Este croco se presta bien a la plantación en macetas para exterior.