Azafrán - Crocus sativus

El Crocus sativus, comúnmente conocido como Azafrán, es una pequeña planta bulbosa de origen incierto, cultivada desde tiempos inmemoriales por la recolección de sus preciadas piezas florales femeninas de un rojo brillante, llamadas estigmas, fuertemente aromáticas. Este croco perfectamente resistente es también una flor muy bonita para el otoño, cada cormo produciendo una a dos grandes flores en forma de copas de color lila, veteadas de violeta-púrpura, que sirven de estuche a los estigmas rojos y a los estambres amarillo oro. Se instala en el huerto pero también en los macizos y en las rocallas soleadas, dispersado aquí y allá entre plantas cubresuelos tapizantes cuyas lindas flores perforarán la vegetación. 

El azafrán es una planta vivaz geófita (poseyendo un órgano de reserva subterráneo llamado cormo) de la familia de las iridáceas. Se trata de una planta estéril, que no produce semillas viables, probablemente resultado de la hibridación de dos crocos silvestres, aparecida hace varios miles de años en algún lugar de Grecia o Turquía según los especialistas. El crocus sativus posee un cormo (base hinchada del tallo) que le permite pasar el verano en un estado de latencia, la planta escapando así de la sequía estival. Su follaje, compuesto de 6 a 10 hojas lineales muy finas, largas de 15 a 20 cm, un poco coriáceas, bordeadas de cilios, de un verde oscuro, se desarrolla en otoño, persiste todo el invierno y desaparece a principios de verano. La floración tiene lugar generalmente en octubre, antes de la aparición del follaje. Las grandes flores de 10 cm, espectaculares, salen directamente de la tierra. Son de una gran belleza, formadas por una corola con 6 pétalos cuyo centro está ocupado por 3 estambres con anteras cubiertas de polen amarillo y 3 largos filamentos rojos llamados estigmas, recolectados y secados para ser utilizados en la cocina como especia o como colorante. Sus flores, a diferencia de la mayoría de las especies de crocus, permanecen abiertas incluso en la oscuridad.

El Crocus sativus se utiliza en el huerto por supuesto, pero también en el jardín ornamental, ya que es tan decorativo como útil. Se puede colocar en macizo, bordillos, rocalla o incluso en macetas para los Crocus de otoño. En el jardín, se puede plantar en bordes de macizos o en rocallas, siempre al sol y en suelo bien drenado, ligero, y asociarlo con bonitas vivaces tapizantes de suelo seco: Artemisia lanata, tomillo serpol, Ajo decorativo, Phyla nodiflora o incluso Ceratostigma plumbaginoides, con su follaje rojo en otoño y muchos otros más. Grandes ajos ornamentales como el Ajo decorativo, pero también la scille du Perú, la Amarilis belladona u otros bulbos que aprecian los suelos secos en verano también serán buenos compañeros para el azafrán.

Principalmente producido en Irán, el azafrán se recolecta todos los días desde la eclosión de las flores (las flores tienen una vida corta, alrededor de 48 horas), idealmente al amanecer para conservar sus cualidades gustativas. Una vez recolectados, los estigmas se deshidratan, déjalos secar unos veinte minutos en un horno apenas caliente (60°) y luego consérvalos en frascos herméticos. Se necesitan 150 flores para producir un gramo de azafrán.