Ajedrea de montaña citriodora - Satureja montana

La Ajedrea limón (Satureja montana citriodora) es una planta herbácea vivaz, condimentaria y aromática, de 30 a 40 cm de altura. Esta Hierba de Provenza se cultiva por su follaje con sabor a limón que aromatiza muchos platos, especialmente pescados, asados y salsas. También se usa en infusión. Plantación en primavera u otoño, cosecha de junio a octubre.

La Ajedrea de montaña es una planta herbácea vivaz muy resistente (hasta -15°C), perteneciente a la familia de las Lamiáceas. Es una planta aromática típica de la cocina mediterránea, que crece de forma natural en la garriga, en tierras sin cultivo y en laderas soleadas del sur. La Ajedrea forma un hermoso cojín de pequeñas hojas verdes brillantes que desprenden, al ser aplastadas, un fuerte olor similar al del Tomillo. Esta planta melífera ofrece bonitas flores blancas ligeramente rosadas de julio a septiembre.

En la cocina, esta Hierba de Provenza con sabor a limón y especiado se utiliza como condimento para aromatizar verduras, incluyendo legumbres, carnes, pescados o salsas. Consumida en infusión, facilita la digestión y alivia los gases. Sus hojas también pueden usarse frescas en cataplasmas para calmar irritaciones cutáneas como picaduras de insectos.

Es una planta poco exigente que se cultiva al sol, en terreno seco y bien drenado. A finales del invierno, recórtela en forma de bola con tijeras para mantener un porte compacto.

Cosecha : las hojas se cosechan de junio a octubre cortando simplemente las ramas, idealmente por la mañana. Es preferible realizar esta operación antes de la floración para conservar toda su fragancia.

Conservación : las hojas de la Ajedrea se deben consumir frescas para disfrutar plenamente de su fragancia. Sin embargo, para una conservación más larga, puedes secar las hojas a la sombra y guardarlas en tarros herméticos.

El truco del jardinero : en el jardín, no dudes en mezclar géneros plantando algunas aromáticas como la Ajedrea en medio de tus parterres de vivaces o incluso en las rocallas soleadas. Se integrarán perfectamente y los aromas, a veces intensos, de las plantas aromáticas tienen la facultad de alejar a los insectos susceptibles de atacar a las plantas un poco sensibles como algunas rosas.