Alcaravea Bio - Carum carvi

El Comino de prados, también conocido como alcaravea, es una planta aromática bienal, cultivada por sus hojas y semillas, con un sabor a limón y anís. A diferencia del comino, la alcaravea aromatiza carnes, quesos y repostería. Plántelo de mayo a septiembre y recoja las semillas el verano siguiente.

El Comino de prados pertenece a la familia de las Apiáceas (anteriormente Umbelíferas), como el hinojo y el eneldo. Es una de las especias más antiguas. A veces hay confusión entre la alcaravea y el comino, pero son dos especies diferentes, especialmente por su clima de origen (países cálidos para el comino) y su sabor (menos pronunciado y más anisado para la alcaravea).

La Alcaravea es una planta herbácea de 50 a 75 cm de altura, con tallos delgados y estriados, follaje muy recortado y raíces pivotantes. En el 2º año, aparecen pequeñas flores blancas reunidas en umbelas en verano. Los frutos resultantes contienen las semillas aromáticas, ligeramente arqueadas.

En la cocina, las semillas enteras o trituradas se utilizan para aromatizar carnes, quesos (munster, gouda), chucrut, repostería o ciertos licores (ginebra, aguardiente, kummel). Las hojas aromatizan ensaladas o sopas. Menos frecuentemente utilizada, la raíz de alcaravea también es comestible y se consume como las zanahorias y las chirivías. El Comino de prados es conocido por facilitar la digestión.

La cosecha: Las hojas se recogen desde el primer año, según las necesidades. Las semillas se cosechan en el 2º año, en verano, tan pronto como comiencen a ennegrecer. Corte los tallos y déjelos secar en un lugar aireado y seco. Recoja todas las semillas para evitar la siembra espontánea.

La conservación: una vez secas, las semillas se conservan durante algunos años en recipientes herméticos, guardados lejos de la luz y la humedad. Las hojas deben consumirse rápidamente después de la recolección.

El truco del jardinero: Le recomendamos cubrir el suelo con finas capas sucesivas de recortes de césped, preferiblemente mezclados con hojas secas. Esta protección, que mantiene el suelo húmedo, también reduce la necesidad de desmalezar.