Salvia real - Salvia officinalis

La Salvia officinalis (Sauge officinale) es una planta vivaz muy resistente, tanto aromática como decorativa. Fácil de cultivar, esta planta con propiedades medicinales se puede instalar en macetas o en terreno abierto. Sus hojas con un intenso aroma aromatizan pescados, aves, salsas y verduras. Plantación en primavera y cosecha de marzo a octubre.

Utilizada en la Antigüedad y muy presente en la Edad Media, esta planta vivaz presenta un porte tupido de 40 a 60 cm de altura. Sus hojas ovaladas, de color verde grisáceo, son muy aromáticas. Es una planta muy resistente, hasta -15°C, que se instala tanto en el huerto como en el jardín ornamental. Ofrece en verano una floración en espigas, de color a menudo azul violáceo que puede variar según las variedades. La Salvia officinalis pertenece a la familia de las Lamiáceas, al igual que el Tomillo.

«  Quien tiene salvia en su jardín no necesita médico »: aquí hay un dicho que muestra la importancia otorgada a las propiedades medicinales de la Salvia officinalis, también llamada 'la planta que salva'. La Salvia es conocida por sus propiedades diuréticas, tonificantes, antisépticas, antitranspirantes y antiespasmódicas.

En la cocina, las hojas frescas o secas aromatizan pescados, aves, salsas y verduras. Añade las hojas al final de la cocción para preservar su aroma. También se pueden utilizar en infusiones.

La cosecha: Las hojas se cosechan de marzo a octubre, idealmente por la mañana, cortando las ramas. Una cosecha regular favorecerá el desarrollo de nuevos brotes. El aroma será más intenso en primavera, justo antes de la floración.

La conservación: Las hojas de Salvia frescas se conservan unos días en el refrigerador. Para una conservación más prolongada, puedes secar las ramas a la sombra y guardar las hojas en tarros herméticos durante varios meses.

El consejo del jardinero: En el jardín, no dudes en mezclar géneros plantando algunas plantas aromáticas como la Salvia en medio de tus parterres de plantas vivaces o incluso en las rocallas. Se integrarán perfectamente y los aromas a veces intensos de las plantas aromáticas suelen tener la facultad de alejar a los insectos que podrían atacar a las plantas un poco sensibles como algunas rosas.